El proyecto Auto nació con el objetivo de ayudar a colectivos sin formación básica a conseguir el carnet de conducir. Inicialmente se dirigió a la etnia gitana, para quienes trabajan en los mercadillos. Aquella necesidad fue atendida y la Universidad Popular de Badajoz (UPB) trasladó hace seis años la experiencia al centro penitenciario, con financiación de la diputación, donde unos 120 presos no sólo han salido de la cárcel con el permiso de conducir en la mano, sino con una mayor formación que les ayudará a desenvolverse fuera.

El concejal de la UPB, Jesús Villalba, apunta que en la cárcel hay muchos reclusos que aunque fuera conducen no tienen carnet y no pueden asegurar el coche. El problema es que muchos ni se han planteado obtener el permiso por falta de formación, pues aunque sepan leer tienen dificultad en la comprensión, señala la directora de la universidad popular, Julia Guerrero. El curso dura 136 horas.

El proyecto Auto incide en la formación básica utilizando el manual del conductor, con lo cual se alcanzan dos objetivos. Todos los internos que participan en esta iniciativa tienen escaso nivel cultural y les queda un año al menos de condena. El centro penitenciario hace una selección previa, pues deben reunir condiciones para salir a la calle a examinarse.

El año pasado participaron 15 internos, 14 se presentaron al examen y 11 aprobaron, un porcentaje muy elevado (78,57%). Otros 15 acaban de iniciar un nuevo curso. Su reto es el examen teórico: el práctico lo conocen al dedillo.