"Estamos locos, esto es una injusticia". Con estas palabras describía ayer Manuel Cansado, de la carnicería Manolo, en la calle Manuel Alfaro, lo que está ocurriendo con el matadero municipal de Badajoz. Cansado señaló que los más perjudicados serán los ganaderos pequeños, porque los grandes van a Madrid, pero para los que tienen pocas cabezas que sacrificar "es un problema gordo" aunque manifiesta resignado que "a los pequeños no nos hace caso nadie". El responsable de esta carnicería defiende que el sector cárnico de Badajoz no puede permitir que venga la carne de fuera y se lleven "la nuestra". "Esto es un crimen de los gordos", se queja Cansado.