EL ALCALDE de Badajoz, Miguel Celdrán, reconoció ayer que puede resultar "feo" el ambiente que desde el miércoles se vive a las puertas del teatro López de Ayala, con decenas de personas apostadas cubiertas con tenderetes de plástico, esperando a que abra la taquilla para comprar las entradas de la final de Concurso de Murgas, que se celebra esta noche. Pero Celdrán señala que es una consecuencia del interés que despiertan las murgas y la pasión por el Carnaval. No es que le alcalde "les aplauda" pero "a mí no me molestan", porque al mismo tiempo elogia el interés que demuestran.