Miles de personas han subido el fin de semana a la plaza Alta para participar en la celebración de las actividades incluidas en la fiesta Al-Mossassa, con la que se conmemora la fundación de Badajoz. Y aunque es difícil dar cifras, hay quien calcula que solo el sábado pasaron más de 5.000 personas. En la plaza Alta hubo gente durante todo el día, hasta las cinco de la madrugada, y el trasiego era continuo por el casco antiguo, muchos ataviados con motivos árabes. Todos los responsables de la fiesta coinciden que ha habido muchos más visitantes que en ediciones anteriores.

"No puede ir mejor", dijo ayer la concejala de Cultura, Consuelo Rodríguez, para quien ha sido muy acertado haber trasladado el mercado árabe a la plaza Alta, un escenario más adecuado, porque en la alcazaba los puestos estaban más dispersos y había mucho polvo. Aunque artesanos y visitantes se quejaban de que el espacio estaba muy agobiado, "eso forma parte del ambiente del zoco, no se trata de poner puestos aislados y todos los mercados se celebran en plazas cerradas", señaló la edil, quien también apuntó la posibilidad de ampliar el mercado, "porque se supone que la fiesta tiene que crecer" y puede hacerlo hacia el Arco del Toril o bajar por la calle Zapatería.

Por eso, su intención es que el zoco se mantenga en este lugar en próximas ediciones y si el año que viene ya han terminado las obras en la alcazaba, se puede utilizar este espacio para los espectáculos y representaciones, idea que apoya el presidente de la Asociación Amigos de Badajoz, Antonio Manzano.

EN LA GALERA En este sentido, el coordinador de las representaciones teatrales, Eugenio Amaya, señaló que cada año le estimula la posibilidad de ir descubriendo rincones del casco histórico y planteó utilizar los Jardines de la Galera. Amaya también fue crítico y lamentó que la presencia de tantas tabernas con la música alta en la plaza Alta perturba "el ambiente mágico" de la fiesta. Por eso sugirió que se replantee la ubicación de los bares. En este mismo sentido se expresó Félix Casillas, organizador del mercado, que opinó que habría que separar las tabernas de artesanos.

Pero los taberneros tienen razones para defenderse. El responsable de una de las barras decía ayer, mientras ponía los pinchitos en la parrilla, "que el mercadillo no existiría si no estuvieran las tabernas, porque son las que atraen el público, y que no se quejen porque hacen más negocio por las tabernas".

La concejala respondió que hay que aunar todas las voluntades. Antes de decidir comprobará cómo han dejado los bares la plaza, pero es consciente de que son los que dan ambiente.