Aunque los dos cementerios de Badajoz reciben a diario visitas de los familiares de los difuntos, este fin de semana es tradicionalmente el de más afluencia, que fue mayor ayer por la mañana por la celebración de sendas misas. A la del cementerio Nuevo acudió el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, y el arzobispo, Santiago García Aracil.

Este año, los visitantes han podido apreciar cambios en ambos camposantos, fundamentalmente en el cementerio Nuevo, donde se ha construido un muro perimetral con la doble función de sujetar al antiguo, deteriorado, y, al mismo tiempo, adecuar este espacio que ya está metido en la ciudad. En el Nuevo, lo más novedoso es la construcción de 288 columbarios para las incineraciones.