A finales de mes podrían estar disponibles las instalaciones del hotel Góngora, situado en la calle Doblados de Badajoz, como centro para la acogida temporal de refugiados, según prevé Emilio Romero, director autonómico del Programa de Atención a Personas Refugiadas de Cruz Roja. Esta organización gestionará el centro, que contará con 40 plazas para atender las necesidades de extranjeros que soliciten a España la protección internacional. Será el primer recurso de estas características que funcione en Badajoz, que sí existe en Mérida, en Cáceres y en Navalmoral.

El hotel Góngora lleva más de dos años sin uso. Pertenece a los mismos propietarios que el hotel Cervantes, situado en la plaza del mismo nombre, que han llegado a un acuerdo con Cruz Roja para la cesión de las instalaciones por un alquiler social. Según Romero reúne las condiciones adecuadas para sus nuevos inquilinos, pero todavía quedan trámites por resolver. Este responsable destaca la colaboración del Ayuntamiento de Badajoz, que está intentando agilizar la licencia de apertura, que posiblemente se concederá la próxima semana. Pero les faltan otros certificados de empresas externas, como la homologación de la instalación de gas.

El programa de acogida ya está en marcha, aunque antes de que lleguen los usuarios, Cruz Roja tiene que preparar el personal y las instalaciones del centro con unas garantías de seguridad e higiene. El personal estará formado por un equipo multidisciplinar con psicólogos, abogados, trabajadores sociales, educadores sociales y empleados propios del centro como son los monitores, los encargados de la cocina, de la limpieza y ordenanzas.

El programa de acogida tiene una duración estimada de año y medio. La temporal abarcaría seis meses. En este periodo la prioridad no es que los refugiados encuentren trabajo sino prepararlos, aunque depende de la circunstancia de cada acogido. Lo que se intenta es que adquieran unas competencias básicas para poder vivir de forma independiente, que aprendan el idioma, a conocer su entorno y los procedimientos habituales. Los niños se escolarizan desde el primer momento y también los universitarios podrán continuar sus estudios. Los seis meses siguientes se trasladarían a un piso tutelado, donde seguirán recibiendo apoyo tanto económico como del personal técnico. En esta fase ya se les ayuda a buscar empleo. Los últimos seis meses vivirán de forma más independiente y autónoma, con apoyos muy puntuales.

El Programa de Protección Internacional está subvencionado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social con la participación de distintas organizaciones, entre ellas Cruz Roja nacional. Esta oenegé ya gestiona en Extremadura el Centro de Atención a Refugiados de Mérida, que reabrió el verano pasado.

Todavía no se puede saber cuándo pueden llegar a Badajoz los primeros refugiados, cuándo van a tener las plazas del centro cubiertas y mucho menos su procedencia. En Mérida han sido acogidos ucranianos, sirios, venezolanos, armenios y refugiados procedentes de campos de Grecia y de Líbano. «Cualquier persona y familia es susceptible de pedir la protección internacional por distintos motivos, pueden proceder de países en conflicto, o con problemas económicos o que sean perseguidos por alguna causa», apunta Romero. Recuerda el caso de un militar estadounidense que pidió la protección internacional en España porque abandonó el ejército. El responsable del programa señala que normalmente llegan familias, muchas de ellas monoparentales con hijos, y lo menos habitual es que sean hombres solos.