El Centro Hermano que lleva Cáritas en Badajoz daba ayer acogida a 25 transeúntes que no tienen un techo bajo el que cobijarse. En este centro carecen de datos de la gente que vive en la calle, pero el educador José Pedro Carracedo, contaba que este lugar está abierto a todo aquel que tenga unas necesidades sin cubrir, siempre que cumpla unos requisitos como no aparecer borracho ni drogado, ni presentar síntomas de trastorno mental. Además, los acogidos tienen que cumplir unos deberes, para el mantenimiento del centro, que aunque son mínimos, no todos están dispuestos a llevar adelante y algunos vuelven a la calle, donde quieren vivir. "Aquí el que viene lo hace voluntariamente".

La estancia media es de tres días, aunque algunos acogidos pasan más tiempo, hasta completar programas de desintoxicación o porque están a la espera de poder regresar a algún lugar concreto. En este centro hay espacio para 35 transeúntes y según este educador, el verano suele ser la estación de mayor demanda, sobre todo porque llegan muchos inmigrantes que trabajan como temporeros.