Evitar que los adolescentes engrosen las estadísticas del fracaso escolar proporcionándoles el apoyo y la motivación necesaria para que continúen su formación. Este es el objetivo con el que comenzará a funcionar el próximo mes de octubre en el Cerro de Reyes el centro ocupacional promovido por la Fundación Proyecto Don Bosco, que tendrá como beneficiarios a jóvenes de zonas donde el índice de fracaso escolar es más elevado y existe riesgo de exclusión social como el propio Cerro de Reyes, Los Colorines y el Gurugú o Suerte de Saavedra.

A diferencia de otras iniciativas, que trabajan con jóvenes una vez que éstos han dejado ya su formación, el director de la fundación en Extremadura, Sevilla y Cádiz, Antonio Mengual, explicó que este proyecto está dirigido a aquellos adolescentes de entre 14 y 16 años en los que se detecta el riesgo de que abandonen sus estudios. "Se trata de intervenir cuanto antes y de que los chicos se sientan apoyados antes de que tomen esa decisión", recalcó.

El centro ocupacional se ubicará en el centro de empleo de Cáritas, en la plaza de la Solidaridad, donde los beneficiarios del proyecto estarán atendidos por dos educadoras, que previamente habrán recibido una formación y cuya primera tarea será coordinarse con los centros educativos, los servicios sociales y otros colectivos para que sean éstos quienes deriven a los menores. "Ellos son quienes mejor pueden conocer la problemática de los chicos y su situación familiar. Nosotros estudiaremos cada caso, haremos una entrevista y se decidirá si el centro es adecuado para sus necesidades", indicó Mengual.

ATENCION PERSONALIZADA La idea es que en el centro se puedan atender hasta 60 jóvenes (no más de 30 de forma simultánea), aunque la cifra final dependerá de la demanda. A cada usuario se le prestará atención personalizada en función de sus circunstancias y de sus planteamientos de futuro. Con unos se trabajará para que finalicen sus estudios de enseñanza obligatoria y en otros casos los esfuerzos se dirigirán a la formación de cara al empleo con pretalleres de distintos oficios.

"Lo bueno de la escuela ocupacional es que no se imparte formación reglada, por lo que es más flexible y se puede adaptar a la zona y necesidades de los chicos", valoró el responsable de la Fundación Don Bosco. Mengual pone un ejemplo: si se trata de que aprendan matemáticas no se puede repetir la misma clase que reciben en su centro educativo, pero sí se les puede enseñar de forma más práctica "haciendo una factura o aplicando un descuento".

Las clases serán en grupos de 15 y durarán el tiempo que requieran las necesidades de los adolescentes. Se repartirán en cuatro días de la semana, tres de ellos se dedicarán a talleres y refuerzo educativo y el otro a actividades lúdicas, culturales, deportivas e incluso a visitar empresas de la zona para que los chicos se familiaricen con el mundo del trabajo. La formación se complementará con acciones para fomentar sus habilidades sociales y con orientación laboral para que conozcan los recursos que tienen a su disposición.

Este proyecto cuenta con un presupuesto de 37.500 euros, financiados en su mayor parte por Cajasol, y con una pequeña aportación de la propia fundación. En este sentido, y aunque su interés es que este centro ocupacional se mantenga en el futuro, Mengual reconoció que, por el momento, solo tienen financiación para este curso. No obstante, confió en encontrar apoyo en entidades públicas y privadas en el futuro cuando conozcan el trabajo que se está realizando.