El director del centro penitenciario de Badajoz, Carmelo Chaforlé, negó ayer con rotundidad que el recluso fallecido en su celda en este centro el pasado día 11 muriera porque no recibió los cuidados sanitarios adecuados, como ha denunciado públicamente la familia del preso.

Charfolé aseguró que Pedro O. B., de 44 años, "fue atendido perfectamente, como cualquier otro interno de este centro" y recordó que un médico del centro informó a la familia de su estado. "Les dieron explicaciones médicas", señaló.

En su opinión, hay que ser "cautos" y no "aventurar mucho" puesto que los resultados de la autopsia aún no han llegado "y serán éstos los que indiquen de qué falleció el interno".

El director del centro penitenciario recordó a la familia del fallecido que puede recurrir al juzgado de guardia que tramita las diligencias sobre este caso, que también cuenta con el informe médico del recluso.

En este sentido, explicó que todos los internos tienen una historia clínica donde aparecen reflejadas todas las actuaciones e intervenciones, "un informe que es privado y que se facilitará al juzgado".

VENIA LLORANDO José María Ortega, padre del preso fallecido, denunció el lunes que va a emprender acciones legales contra el centro penitenciario porque a su hijo "lo han matado por falta de una asistencia médica en condiciones". Según relató, su esposa iba a ver a su hijo todos los sábados "y venía llorando de ver cómo estaba. Había perdido mucho peso, tenía escamas en la piel y se le caía el pelo".

Después de intentar varias veces hablar con los médicos de la prisión, consiguió que uno le atendiera. "Sólo uno, don Pablo, me dijo que se encargaría de ver qué le pasaba".

AMENAZAS Según el hombre, el interno estaba "en tratamiento con interferol, transilium, reset, aprozolam, valium, metadona y otros medicamentos. Estuvo tres días en la enfermería y tomaba tres dosis de metadona por la mañana y dos por la tarde, el día antes de morir le dieron cuatro, más otros fármacos".

José María Ortega volvió a denunciar ayer que su otro hijo, que compartía celda en el módulo 1 con su hermano cuando éste falleció, ha sido amenazado e intimidado en la prisión "por el jefe de servicio y el médico del centro. Le han dicho que lo van a largar de Badajoz".

Carmelo Charfolé aseguró desconocer esta situación y conminó al preso supuestamente intimidado a que ponga estos hechos "en conocimiento mío o del juzgado de guardia".