Mejorar la calidad de la atención a los pacientes, recortar los tiempos de espera para las citas o para realizar trámites administrativos y optimizar los recursos asistenciales. Con estos objetivos, en el centro de salud El Progreso se implantaron hace cinco meses las consultas no presenciales, un sistema por el que los usuarios no necesitan desplazarse físicamente para resolver gestiones asistenciales o administrativas, ya que el equipo de profesionales puede darles respuesta a través del teléfono, vía sms, o por correo electrónico, sin que con ello se vea mermada la calidad del servicio.

Aunque la evaluación del nuevo protocolo --implantado por primera vez en un centro de salud extremeño-- no se realizará hasta dentro de un año, los primeros resultados, según destacaron Ignacio Maynar y María Angeles Madueño, coordinador del centro y responsable de Enfermería, respectivamente, no pueden ser más satisfactorios: el número de consultas presenciales ha disminuido hasta en 50 al mes en el caso de algunos facultativos, lo que significa que ya se están cumpliendo los objetivos prioritarios: los pacientes esperan menos para ser citados --ahora ha disminuido a demora 0, salvo en situaciones puntuales-- y se amplía el tiempo de atención de aquellos con patologías que así lo requieren.

El centro de salud El Progreso cuenta con más de 7.700 tarjetas sanitarias, que se reparten cuatro médicos de familia y una pediatra. Cada uno atiende de media a 714 pacientes al mes, 840 en el caso de pediatría. "Cuando el protocolo de consultas no presenciales esté más implantado y los pacientes vean que no hay ningún problema y que está todo registrado, calculamos que puede suponer que estemos llevando en cinco o diez años el 40% de las consultas a través de sms o teléfono", apunta Maynar. "Serían dos consultas menos al día y eso es muy importante, porque son minutos que podemos dedicar a otros usuarios", resalta. El objetivo es que en un año haya cinco pacientes menos al día.

¿En qué casos se contemplan ahora las consultas no presenciales?: Cuando los pacientes tienen que acudir a por resultados de citologías, de electrocardiogramas, de radiografías, de TAC, de ecografías, de analíticas, de espirometrías y a por informes sociales.

FUNCIONAMIENTO El centro de salud cuenta con una base de datos específica para este sistema, donde el médico registra los datos de los pacientes a los que se requiere alguna de estas pruebas complementarias, a quienes se les informa de que se comunicará con ellos a través de una llamada de teléfono --la intención es implantar en breve la comunicación vía sms para ganar aún más tiempo--.

Una vez que se tienen los resultados de las pruebas, el facultativo los examina y si no existe ninguna anomalía, del resto del proceso se encargan los enfermeros, que contactan con los pacientes para informarles de que sus exámenes son normales. En los casos en los que se detecta algún problema patológico, es el médico el que se pone en contacto con los usuarios para darles indicaciones o pedirles que acudan a la consulta. Cada médico tiene fijado un día a la semana --dedica dos horas-- para examinar los resultados de las pruebas y valorar de cuáles informará él y de cuáles se encargará enfermería.

Toda la actividad de las consultas no presenciales se registra en esa base de datos, a partir de la que se realizará la evaluación cuando este programa cumpla su primer año, lo que se completará con una encuesta de satisfacción entre los pacientes.

Según coinciden Maynar y Madueño, la experiencia ha sido acogida de buen grado por los usuarios. "Tienen gran confianza en nosotros y un vínculo fuerte con el centro de salud", destaca la responsable de Enfermería. De hecho, no es el primer proyecto de autorresponsabilidad en salud que se promueve y siempre se ha contado con la implicación de la población.

No obstante, se tiene en cuenta el nivel sociocultural de las personas a las que se presta atención a través de este nuevo programa. "Jamás se nos ocurriría planteárselo a una persona mayor que viva sola", aclaró Maynar.

Este es un proyecto en el que está involucrado todo el equipo de profesionales del centro: médicos, enfermeros, matrona, trabajadora social, celadores y administrativos, que han empleado seis meses en elaborar este protocolo. Maynar defiende que este sistema favorece a los pacientes y a los profesionales y cree que puede ser asumible por otros centros de salud "porque, sin duda, repercutirá en una menor gestión".