TSti algo bueno se puede extraer de la polémica que se ha suscitado en torno a la biblioteca del Cerro de Reyes, es que por primera vez se está hablando de un lugar relacionado con la cultura y el desarrollo intelectual en esta barriada maldita de Badajoz.

Algunos pacenses han podido, incluso, dudar de que pudiera haber una biblioteca en un barrio como Cerro de Reyes, donde mucha gente humilde y honrada se ve obligada a convivir con un pequeño, pero peligroso grupo de delincuentes.

Afortunadamente la había, aunque su estado era realmente calamitoso; y lo mejor de todo, es que ni los vecinos ni el ayuntamiento están dispuestos a permitir que desaparezca.

Sin embargo, ni tan siquiera la biblioteca, ese lugar sagrado de la imaginación, el conocimiento y el futuro, se escapa a los actos violentos, tan habituales en este barrio.

Es evidente que el problema de la biblioteca de Cerro de Reyes no reside en si se mantiene donde estaba o cambia de ubicación. Ni creo, incluso, que el debate deba centrarse en la conveniencia o no de echarle un pulso a los delincuentes que no sólo se han cebado con el edificio (si es que se puede llamar así al lugar donde estaba hasta ahora) sino que, también, han agredido al bibliotecario.

Es muy probable que si la biblioteca se mantuviera en su ubicación actual volvería a ser presa de sus agresores. Saldríamos en los papeles si dos policías o guardas jurados tuvieran que vigilarla día y noche para evitar que los gamberros la destrozaran. Aunque, también es cierto, que nadie puede asegurar que en la nueva ubicación prevista por el ayuntamiento no se vayan a producir estos desagradables incidentes.

Por ello el verdadero debate, no sólo sobre la biblioteca sino sobre el barrio en su conjunto, tiene que ver con una definitiva actuación integral en Cerro de Reyes.

De una vez por todas, las distintas instituciones deben sentarse para establecer las bases que permitan la convivencia y el desarrollo armonizado de este y otros barrios de la ciudad.