Alrededor de un centenar de personas, la mayoría de Badajoz; otras de distintos lugares de Extremadura y algunas de fuera, se reencontraron la mañana de ayer en el cementerio viejo, en el acto convocado por la UGT y el PSOE, con el que rindieron homenaje a los muertos y exigieron justicia para todas las víctimas de represión franquista, desde la toma de Badajoz en 1936 hasta 1975.

Además de dirigentes y militantes políticos y sindicales, acudieron muchas personas que tienen familiares enterrados en el cementerio viejo, en el monumento levantado en 1984 sobre una fosa común, siendo alcalde Manuel Rojas, o en tumbas y nichos familiares. Había jóvenes que acompañaban a padres y abuelos, viudas e hijas de asesinados y testigos de la guerra civil.

Los asistentes colocaron varias coronas de flores en el citado monumento y en la tumba del alcalde socialista Sinforiano Madroñero. Entre ellos estaba la hija del comandante que dirigió la defensa de Badajoz y de la legalidad vigente, y que fue fusilado, tras la toma de la ciudad.

TRES MOTIVOS

El secretario provincial del PSOE de Badajoz, Francisco Fuentes, recordó a "quienes fueron encarcelados y asesinados por ser socialistas o, simplemente, por ser republicanos y defender la legalidad "en la ciudad, tal día como hoy".

Fuentes afirmó que "en homenaje a todos ellos y a tantas viudas e hijos que durante 40 años no pudieron poner una flor en la tumba de su familiar, hacemos este acto, pues la guerra civil no acabó en 1939, por desgracia; acabó en 1975, porque los que la perdieron siguieron siendo masacrados y perseguidos".

El secretario socialista dio tres motivos para celebrar este acto: "por justicia, porque antes no se podía hacer; por solidaridad y porque nos da la gana, y lo seguiremos haciendo. Parece que empieza a tener fruto. Empiezan a aparecer libros y movimientos para recuperar el pasado. Y la aparición de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que pretende saber dónde están los seres queridos de mucha gente, si en una mina, una cuneta o alrededores de un cortijo. Aún hay miles de personas que nadie sabe dónde están".

Fuentes rechazó la equidistancia "que pretenden algunos al ponerse en el centro entre las víctimas y los verdugos". Y añadió que "fue una limpieza si no étnica, sí ideológica".