Antonio González, de Eurojamón, empezó en 1997 a escribir cartas de queja por los continuos cortes de luz que sufre la empresa, dedicada a la elaboración y curación de productos del cerdo. En tono de broma, dice que ya se ha tomado esta actividad de redacción de denuncias como un hobby , a la vista de que en todo este tiempo no ha conseguido que nadie dé una solución a un problema que sufren prácticamente a diario. El mayor daño lo producen los llamados microcortes , que duran menos de dos minutos, pero cuando vuelve la electricidad lo hace con más fuerza, como un "latigazo", y provoca daños en los aparatos, cuya vida útil se reduce enormemente, "aunque no hay forma de demostrarlo".

González señala que en su misma situación están todas las industrias de la zona, desde desguaces Bru, el complejo acuático, la bodega de López Morenas y Occidental de Granito, una de las empresas más afectadas.

Antonio González empezó dirigiéndose a Sevillana y la respuesta de la compañía, según cuenta, fue que "la culpa es de las cigüeñas". Escribió a la Asamblea de Extremadura, desde donde se le remitió a la Junta y allí se dirigió, pero no obtuvo contestación. Su última opción fue la Comisión Europea, al portavoz de Loyola de Palacio, Gilles Gandelet, quien le aconsejó que fuese a la Comisión Nacional de Energía y desde allí han hecho llegar su denuncia a la Junta y a Sevillana. A partir de ahí, no sabe nada más y tampoco ya se cree nada.