La sociedad Círculo Pacense, que ha permanecido inactiva durante varias décadas, ya dispone del permiso de apertura para su sede social en la calle Ramón Albarrán y la pretensión de quienes han estado los últimos años al frente es recuperar la tradición popular que ha tenido esta entidad en Badajoz abierta a toda la ciudadanía. En estos momentos intenta resurgir de una "auténtica ruina patrimonial", según manifiesta su presidente, Oscar Alonso. Al menos ya puede disponer de una parte de su sede rehabilitada que pretende ser foco de la actividad cultural de la ciudad. Anoche, Sergio Román presentó allí el estreno de su obra AMAtaRTE .

El Círculo Pacense es el antiguo Centro Obrero, una sociedad benéfica, recreativa y cultural fundada en 1892 que atravesó muchas vicisitudes. En él se fraguaron los movimientos sociales de final del siglo XIX y principios del XX y junto a la Económica de Amigos del País y el Casino de Badajoz representan las sociedades más antiguas de la ciudad. En 1910 el conde de la Torre del Fresno donó la actual sede en propiedad al Centro Obrero (antes la sede estaba en la calle Chapín) y empezó a nacer una sociedad, que llegó a tener más de 2.000 socios, porque "todo Badajoz era circulista". Aquí se vieron las primeras películas de cine mudo y los primeros magos que vinieron a la ciudad a precios populares.

Funcionó durante la primera mitad del siglo XX, antes y después de la guerra, una época en la que incluso se organizaban ceremonias, había socios que se casaban allí porque en el casco histórico de Badajoz no había otros salones como éstos. Alonso destaca que entre los objetivos que figuran en los estatutos está la hermandad con el pueblo portugués y las primeras aulas de enseñanza del idioma luso que hubo en la región se dieron en su sede.

El objetivo que se marcan en estos momentos es rentabilizar la sala desde el punto de vista cultural, pero también financiero, para que sirva de marco de referencia en la ciudad porque hay muchas asociaciones que no tienen espacios.