Un escueto comunicado en el cristal de la puerta principal informaba ayer del cese de actividad de la clínica Los Naranjos. El cierre definitivo de las instalaciones se produce dos meses después de que la compañía de asistencia sanitaria Asisa anunciase un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que justificó con las pérdidas millonarias que arrastraba desde hacía cuatro años por la disminución de la actividad.

La empresa, según confirmó a través de su gabinete de prensa, ha llegado a un acuerdo con todos los trabajadores, aunque emplazó a la formalización de todo el proceso para ofrecer los detalles del mismo.

No obstante, el objetivo de intentar recolocar al máximo número posible de empleados en otros centros de la ciudad y de otras capitales españolas ha quedado lejos. Finalmente, solo seis han aceptado los traslados: dos a la clínica de Asisa en Granada; otros dos a un centro de la compañía en Huelva; uno a la delegación de la aseguradora en Badajoz; y otro a Clideba.

Los 35 restantes han acordado indemnizaciones de 38 días por año trabajado, según informaron ayer desde el sindicato CSIF --único con delegados sindicales en la clínica Los Naranjos-- y desde el despacho de abogados de Garrigues, que ha representado a 30 de los empleados en el proceso. Estos contratos se extinguieron y solo han continuado en plantilla hasta el 31 de agosto los trabajadores que aceptaron el traslado y los médicos de guardia, ya que Asisa debía esperar a la autorización de la Consejería de Sanidad para cesar su actividad.

Las mismas fuentes explicaron que los planes de la compañía pasaban porque una veintena de trabajadores se recolocasen en Clideba --a donde paulatinamente se han ido derivando los pacientes de Asisa--, "pero las condiciones salariales eran muy inferiores y a la mayoría de la gente no le salían las cuentas", apuntó Francisco Javier Delgado, de Garrigues.

Además, se ofreció la posibilidad de traslado a otros seis trabajadores a las clínicas de Asisa en las que hubiese vacantes, una oferta inviable para la mayoría por sus circunstancias familiares. "Las personas que han aceptado no tienen grandes ataduras", justificó Cipriano Pantoja, delegado de CSIF en Los Naranjos.

Para el abogado Francisco Javier Delgado las negociaciones, aunque complicadas por el "empeño" de Asisa en que los trabajadores se incorporasen a la plantilla de Clideba, finalmente han culminado con "un buen acuerdo", según valoró Delgado.

MAS BENEFICIOSO La opinión es distinta para CSIF, que considera que la falta de entendimiento entre las partes que han representado a los trabajadores ha impedido que la negociación saliera "mejor". Además de Garrigues, otros tres trabajadores contrataron otros abogados y el resto estuvo representado por CCOO. En este sentido, añadió que si no se ha alcanzado un acuerdo más beneficioso es "porque algunas de las parte nos han coaccionado la forma de negociación y, aquí, tengo que lamentar las vistas que CCOO ha tenido" en el proceso.

Pantoja recordó que desde que se anunció el cierre de las instalaciones --que gestionaba desde 1989 --la pretensión fue "echar abajo el ERE" y que, de hecho, según el informe de la Inspección de Trabajo, éste se iba a denegar "por eso parte de los trabajadores no nos sentimos satisfechos con las indemnizaciones de 38 días por año trabajado", argumentó.

A juicio del sindicato, los motivos dados para el cierre son "excusas" porque la clínica siempre ha sido "viable", pero que ha fallado la gestión.

El representante sindical destacó que la plantilla de la clínica estaba formada en su mayoría por personas jóvenes --que ahora han engrosado las listas de paro-- a las que "como mínimo le quedan 25 años de vida laboral".