Desde las 20.45 horas del miércoles había gente ante la taquilla del teatro López de Ayala para asegurarse la adquisición de entradas del concurso de murgas, que comienza este próximo domingo y se prolonga hasta el viernes. La taquilla no abría hasta las nueve de la mañana, con lo cual, hubo personas que esperaron más de doce horas. El frío de la madrugada pudo salvarse entre canciones y botellón . Junto a la acera aparecían desperdigados restos de vasos, bolsas y botellas vacías. De mañana, cuando se abrió la taquilla las protestas no se hicieron esperar, porque siempre hay gente que no respeta las colas.

Las localidades más demandadas fueron para asistir a las actuaciones del lunes, en primer lugar, y las del jueves, que se agotaron por la mañana. Según los testimonios de los aficionados, el lunes puede ser uno de los mejores días porque actúan grupos con solvencia demostrada, como son Los Niños y Dakipakasa, ganadores del concurso del 2005 y 2004, respectivamente. El motivo de que el jueves sea uno de los días también más golosos es que actuarán Las Nenukas, que se estrena este año y es el único formado por mujeres, lo que ha generado bastante expectación.

David Martín era uno de los que había conseguido sus entradas a primera hora, junto a un grupo de quince comparseros, entre familiares y amigos. Se habían apostado delante de la taquilla a las 23.30 horas del día anterior y habían pasado toda la noche a la intemperie. Lo decidieron así porque el año pasado les costó encontrar entrada "y este año decidimos venir más temprano". Algunos durmieron "media horilla", otros nada, "lo que hemos podido, con el frío, aunque se ha hecho llevadero". La larga espera tuvo su recompensa, porque lograron adquirir todas las entradas que querían para poder acudir el lunes y el jueves, los mejores días.

LAS NENUKAS En la cola estaban las integrantes de Las Nenukas, que habían llegado a las doce de la noche. En estas horas ha habido de todo. "Al principio más animadas, pero luego ha ido decayendo el ánimo, porque hacía mucho frío", contaba Cristina Albarrán. Pero llegado el día fue peor, "porque la gente se cuela y tiene mucha cara, como no tenga entrada me cargo a alguien", amenazaba Fani, que a las 10.30 horas todavía no había logrado llegar a la taquilla. Los reunidos reclamaban vallas para ordenar la fila.

David se quejaba de que había ido gente a guardar sitio que luego eran relevados por muchos más "y lo que no es normal es que yo esté aquí toda la noche y llegue uno por la mañana y se lleve las entradas antes que yo", se lamentaba. Cada persona sólo puede adquirir dos entradas por día de actuación. Una vez lograda su meta, este comparsero no podía irse a casa a dormir; tenía que comprar la tela para rematar su traje de Carnaval.