Badajoz está llena de solares abandonados, muchos sin vallar, la mayoría utilizados como basureros, de forma que dan una imagen de suciedad y abandono que, desgraciadamente, ha dado carta de naturaleza a la ciudad como una de las más sucias de España.

Para paliar en parte esta situación, la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz ha propuesto convertir esos solares o vertederos en huertos urbanos, una tendencia que se abre paso a buen ritmo en muchas ciudades europeas y americanas.

La propuesta es crear una red de huertos urbanos de Badajoz, que denomina Hurba, un programa participativo del propio ayuntamiento destinado a personas mayores y a discapacitados, con un objetivo terapéutico y social claro, pero también medioambiental.

Cultivar lechugas, habas, tomates o pimientos tiene un fin sanitario en cuanto a la mejora de la actividad física al aire libre de estas personas en su entorno, pues deberían estar cerca de sus domicilios, pero también terapéutico en el sentido de tener una ocupación personal con trascendencia social.

También supone una mejora del paisaje y contra el deterioro urbanístico de muchas zonas, así como la puesta en práctica de una agricultura ecológica, que tendría un fin didáctico para los más jóvenes.

Los miembros de este colectivo aseguran que mejoran también las relaciones sociales al ser lugares de convivencia, al tiempo que se consolidan zonas verdes, se ayuda a paliar el aumento del calor en las urbes y a concienciar sobre la conveniencia del reciclaje, con la elaboración de abonos a través de residuos orgánicos, todo ello con fines también didácticos para los escolares.

La asociación apuesta por una red Hurba en colaboración con las barriadas, con colaboración de las cajas de ahorro y de otras instituciones. En su propuesta habla de espacios de 25 a 40 metros cuadrados, dedicados al cultivo de hortalizas, flores ornamentales y frutos de forma ecológica. Para ello, los adjudicatarios deberían realizan cursillos prácticos, y se ornamentarían las parcelas con flores de temporada, al tiempo que se fomenta el cultivo de plantas aromáticas y medicinales.

La adjudicación de los huertos, propone el colectivo, sería a jubilados y discapacitados de cada barrio, debiendo el ayuntamiento establecer un reglamento para tal fin, y sacarlos a concurso, o por sorteo, a un precio simbólico por periodos de tiempo y que contemple la retirada del mismo si se desatienden durante 20 días seguidos.

El ayuntamiento deberá poner a disposición de los agricultores urbanos bocas de riesgo con contadores de agua programadas para minimizar el consumo y placas solares para los servicios comunes, así como contenedores de recogida selectiva de residuos y abono orgánico. Las semillas y el plantel correrían a cargo del usuario.