Comerciantes y vecinos de la calle San Juan demandaron ayer una solución urgente a los edificios que mantienen cortado el primer tramo de esta calle después de que el viernes se derrumbase parte del inmueble del número 13 y dos semanas antes sucediera lo mismo en el edificio contiguo, ambos en ruinas.

El domingo volvió a venirse abajo otra parte del inmueble, lo que obligó a ampliar la zona de seguridad, por lo que no sólo se han visto afectados los vecinos, sino también los comerciantes. Ayer estaban cerrados los pub La Plaza y Versalles, Casa Espada, Marionaud y Redondo.

Aunque el resto de los comerciantes abrieron, se quejaban de que no les llegaban clientes. Josefina Real, de Casa Espada, pegó un cartel en la valla de la policía local colocada a la entrada de la calle para indicar a sus clientes el teléfono para ponerse en contacto con la tienda.

"Nos viene esto fatal porque tenemos una cantidad de colegios a la espera para entregar disfraces que han encargado para sus fiestas", señaló.

MAS CASAS Paco Medrano, de El Globo, se quejó también de que no entraba gente en su tienda. "Nos dijeron que en 72 horas la calle estaría abierta, que iban a hacer un acceso y todavía estamos esperando".

El problema, según Emilio Vai, propietario de la asesoría fiscal y laboral situada en este tramo, "no es sólo de estas dos casas sino que hay cientos de casas en ruina en todo el casco antiguo y el ayuntamiento no hace nada. En cualquier calle te encuentras varias". En su opinón, lo que ocurre es que "en Badajoz tenemos la suerte de que nunca pasa nada, porque podrían haber caído los cascotes encima de la gente".

Los vecinos también se mostraron preocupados, ya que algunos de ellos tienen miedo "al efecto dominó", es decir, que si vuelve a desprenderse otra parte arrastre tras de sí a otras fachadas.

"No estamos nada tranquilos, esto es una negligencia, no sé de quien, pero lo es", manifestó Teresa Alvarez Albarrán, vecina del 20, quien cree que "se debía haber actuado antes, por la seguridad de los vecinos podrían haber trabajado el sábado y el domingo".

El viernes desalojaron a dos familias del edificio de enfrente, una de ellas está alojada en un hotel del casco antiguo.

SOLUCIONES El concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, se reunió ayer con los técnicos municipales y los propietarios de los dos inmuebles, a los que les pidió que actúen "con la máxima celeridad, para garantizar la seguridad y para que la gente pueda pasar, porque es una calle principal". Espera, según dijo, que "a lo largo de esta semana se pueda abrir la calle".

El ayuntamiento ha dado orden de que consoliden y mantengan ambas fachadas, que están protegidas por el Plan General Municipal "y no corren peligro, ya que no se aprecian patologías ni fisuras, salvo que durante las labores de desescombro aparezca algún daño".

Por ello, los propietarios de los inmuebles deberán apuntalarlas desde el exterior con una estructura auxiliar metálica, para después demoler de forma controlada los elementos interiores.

Uno de los propietarios, Juan Antonio Espejo, explicó el viernes no encontraron quien les sirviera el material adecuado de seguridad, por eso se colocó un entarimado para un forjado, "pero se hará un pasillo de seguridad para permitir el acceso a la calle".

Dos operarios desescombraban ayer en el interior del número 11, una vez se vacíe se podrá acceder al lugar para trabajar.