El proceso de realojo de los vecinos de Los Colorines comenzó ayer con la celebración del primer sorteo de seis viviendas ubicadas en distintos puntos de la ciudad, concretamente en El Gurugú, La UVA y Suerte de Saavedra. Seis familias, de las 43 que habían solicitado marcharse de este barrio conflictivo, fueron citadas a las once de la mañana en la oficina de la Agencia de la Vivienda, en la plaza Nicolás Díaz Pérez. Sin embargo, la celebración del acto, tan anhelado por estos vecinos, se vio ensombrecido por la discrepancia con el destino que les había tocado en suerte, lo que provocó que una de las personas convocadas sufriera un terrible ataque de nervios. La mujer tuvo que ser atendida en la oficina de la Agencia por un equipo médico.

LA RAZON DE LA POLEMICA El episodio se desencadenó cuando en el sorteo le tocó a esta mujer una vivienda en la plaza de las Ranas, situada en El Gurugú, a pocos metros de Los Colorines, de donde tuvo que salir hace meses tras ser agredida ella y su hijo con una barra de hierro por unas personas que intentaron robar en su piso. La mujer, que está enferma y había presentado informes psicológicos y psiquiátricos, está pagando 300 euros de alquiler fuera de Los Colorines hasta que pudiera ser realojada por la Junta de Extremadura en otro lugar, "y ahora me quieren dar una casa aquí al lado de los que me tienen amenazada", sollozaba.

Una de las familias rechazó la vivienda de Suerte de Saavedra que le tocó por sorteo, así como la mujer que sufrió la crisis nerviosa, que renunció a vivir en la plaza de Las Ranas. Las otras tres familias aceptaron viviendas en Suerte de Saavedra, La UVA y el grupo Sepes de El Gurugú. Aunque algunos de ellos quisieron comprobar personalmente el estado de los pisos adjudicados.

ILUSION PERDIDA Antes del sorteo, que se retrasó casi una hora, algunos de los vecinos, que esperaron acompañados por el presidente de la plataforma vecinal de Los Colorines, Antonio Chacón, recordaban la ilusión con la que se fueron a Los Colorines hace casi una década. "Llegamos muy contentos, los pisos eran nuevos y había unos jardines, con una gran arboleda, pero los árboles los pusieron sólo para la inauguración, a los quince días se los llevaron", recordaba una vecina. Sin embargo, para estos vecinos su estancia en este barrio "ha sido una lucha continua, que esperamos que haya terminado", comentó otro hombre que saldrá de la zona.

La mayor parte de las familias participantes en este sorteo han sufrido amenazas o lesiones por parte de otros ocupantes del barrio. La única condición que se les ha impuesto por parte de la Junta es que estén al corriente de los pagos de los alquileres de las viviendas que ocupan. Antonio Chacón se mostró satisfecho con este "comienzo esperanzador, ya veo que tienen intenciones de hacer algo".