Todos llevaban a la altura de la solapa la tarjeta de identificación para poder reconocerse, porque han transcurrido muchos años y la vida les ha llevado por derroteros muy diferentes. Casi un millar de alumnos de todas las promociones que han pasado desde 1936 hasta la actualidad por el colegio de los Hermanos Maristas en Badajoz se reencontraron ayer en Badajoz para revivir tiempos felices. Habían sido compañeros y aunque algunos no se veían desde hacía más de 40 años, al volverse a abrazar sintieron que seguían siéndolo.

Por la mañana se reunieron los más antiguos, los que estudiaron en el centro cuando se encontraba en la calle Donoso Cortés, desde 1936 a 1964, y comieron en el hotel Río. Por la tarde se juntaron los posteriores, hasta la actualidad, y cenaron en el hotel Zurbarán.

Francisco Sánchez Pires había llegado de Barcelona. Se fue de Badajoz en 1948 y aunque antes venía en vacaciones ahora sólo lo hace de vez en cuando. Juan Antonio León vive de Sevilla, pero sigue viniendo a la ciudad. Su mejor recuerdo es "que los Maristas eran gente sencilla y nos enseñaron bien". Entre los reunidos había 22 profesores, como el hermano Fernando Moreno, quien apuntaba que entonces eran tan humildes que los alumnos se referían a ellos como "el hermano de mi clase", sin nombre. Estuvo aquí desde 1950 al 1957 y recordaba los tiempos en que, como ayer, iban a misa a la Concepción, todos en fila. Eran tantos que cuando los primeros ya estaban en la iglesia, los últimos aún seguían en el colegio.