La madrugada del 15 de junio del 2008, el conductor D. R. E. nacido en noviembre del año 1982 en la localidad pacense de Villar del Rey, conducía su vehículo --un Seat León con matrícula 9613-FMM--, cuando en el kilómetro 53 de la carretera Ex-214, y debido a que tenía sus facultades físicas disminuidas por el consumo de bebidas alcohólicas, se salió de la vía pues circulaba a una velocidad entre 132 y 145 kilómetros por hora, siendo la velocidad permitida en ese tramo de carretera un máximo de 90 por hora.

El vehículo se salió de la calzada por el margen derecho, de forma que resultó muerta la joven de 16 años que iba de ocupante, resultado el conductor herido, según consta en la sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Badajoz. La misma también aclara que cuando se produjo el accidente, "el tiempo era bueno y seco, sin circunstancias desfavorables que pudieran afectar a la conducción".

DILACION INDEBIDA El juzgado ha condenado al conductor como autor de un delito contra la seguridad vial, conducción temeraria y bajo influencia de bebidas alcohólicas, así como por otro delito de homicidio por imprudencia grave, a la pena de dos años de prisión, privación del derecho de conducir por seis años y a indemnizar a los padres de la víctima con 144.774 euros. La jueza apreció las atenuantes de reparación del daño y dilación indebida de la causa.

Cuando los agentes de la Guardia Civil llegaron al lugar del suceso y hablaron con el conductor, se percataron de que éste presentaba síntomas evidentes de hallarse bajo el efecto de bebidas alcohólicas, por lo que antes de ser trasladado en un ambulancia al hospital, se le requirió realizar una prueba de alcoholemia, a lo que accedió.

Esta, una vez practicada, arrojó un resultado positivo de 0.76 miligramos de alcohol por litro de aire, así como se le requirió al hospital una muestra de sangre del acusado, quien dio su consentimiento, y que una vez analizada por el Instituto de Toxicología dio como resultado 1,6 gramos por litro de sangre.

A consecuencia de las lesiones sufridas, la joven falleció al no poder superar "el traumatismo por arrancamiento de la extremidad superior derecha, siendo inmediata la muerte por shock hipovolémico, por rotura hepática y paquete vascular".

El vehículo del acusado estaba asegurado con la compañía Pelayo y en vigor hasta el 14 de julio del 200, por lo que ingresó en la cuenta de los beneficiarios 90.000 euros.

El 25 de junio del 2008, su abogado aportó, entre otra documentación, el permiso de conducir del acusado que se unió a las actuaciones y que por resolución del 30 de enero del 2009 se acordó la intervención judicial de dicho permiso.

Así mismo, el 3 de diciembre del 2008 se consignó por el acusado 94.774 euros para reparar los daños causados a los familiares de la fallecida.