Tengo varias pistolas y me he quedado con vuestras caras, ya nos veremos en la calle; Badajoz es muy chico, he matado varias veces y no me importa pasar 30 años en la cárcel; tenemos que vernos en la calle y cuando os vea, os voy a disparar a bocajarro". En estos términos se dirigió Alfredo Salazar Saavedra a los policías que intentaban reducirlo para introducirlo en el calabozo tras ser detenido por efectuar seis disparos desde la calle al piso de su yerno.

Así consta en la sentencia, que es firme por haber dado su conformidad las partes, en la que se indica como hechos probados que el acusado efectuó los seis disparos al tiempo que decía: "Tengo que matar a mi yerno que vive a costa de mi hija". Los tiros impactaron en los cristales de las viviendas de dos vecinos sin que resultara nadie herido.

Avisada la policía, se personaron en el lugar de los hechos, ocurridos en abril del 2009 en la avenida Antonio Hernández Gil de la barriada pacense de Suerte de Saavedra, ocho agentes que detuvieron y cachearon al al autor de los disparos, si bien no le encontraron el arma de fuego.

Una vez en comisaría, cuando los agentes se disponían a llevarlo a los calabozos, el detenido manifestó que "yo no bajo a los calabozos por mis santos cojones", manteniendo una actitud desafiante, según consta en la sentencia, por lo que requirieron refuerzos.

Los policías optaron por llevar en volandas al detenido pero éste iba dando golpes y patadas que causaron lesiones a tres de los funcionarios.

El juzgado condena al acusado por el delito de tenencia ilícita de armas con la agravante de reincidencia, a un año de prisión, por otro de atentado contra agentes de la autoridad en concurso ideal con otros dos de lesiones a dos años y seis meses, así como a 40 días de multa con una cuota diaria de tres euros por dos faltas de lesiones.