La elevada altura de la cabina del camión deja un amplio ángulo muerto que limita la visión de quien lleva el volante. Ese pudo ser el motivo del atropello mortal ocurrido la tarde del jueves en un paso de peatones de la cabecera del puente Real en la margen derecha del Guadiana, según apuntaron ayer fuentes de la Policía Local de Badajoz.

El trágico accidente ocurrió a las 18.42 de la tarde, que es la hora en la que el servicio de emergencias 112 recogió el aviso. la víctima, Dolores González Morillo, de 58 años, caminaba haciendo ejercicio por la acera del puente Real en dirección a la rotonda con la avenida de Elvas y cuando cruzó el paso de peatones que atraviesa el vial que conduce a la urbanización Jardines del Guadiana, fue arrollada por un camión bañera de 18.000 kilos que la atropelló con uno de los ejes de las ruedas. Nada se pudo hacer por salvarle la vida. Dolores González vivía en Valdepasillas y trabajaba como enfermera en la UCI del hospital Infanta Cristina. Su cuerpo fue trasladado ayer al velatorio Las Flores, de Azuaga.

El conductor del vehículo, un camión rígido portacontenedores, está imputado aunque se encuentra ya en libertad, según confirmaron las mismas fuentes policiales. Dadas las circunstancias en las que se produjo el accidente, existe una infracción administrativa grave y como el resultado ha sido de muerte, implica una infracción penal por homicidio imprudente, ya que la víctima atravesaba por un paso de peatones debidamente señalizado y el conductor, portugués, de 51 años, no respetó su prioridad de paso.

Desde la policía local se manifestó ayer que el paso de peatones está correctamente situado, a pesar de su proximidad a la curva de giro del carril del puente, ya que la ubicación más adecuada es la que da continuidad al lugar habitual de paso de los viandantes. Según las mismas fuentes, el problema de lo ocurrido no es el paso de peatones sino el vehículo que lo provocó, pues su cabina está muy alta y el conductor no ve qué ocurre en un ángulo muerto muy amplio, lo que provocó que cuando tomó la curva para entrar en la calle Julio Cienfuegos no observase a la mujer que atravesaba el paso de peatones. Aunque hubiese mirado por el espejo retrovisor, tampoco se hubiese percatado, porque la víctima ya atravesaba el vial. Este ángulo muerto se solucionaría con cámaras de grabación, como tienen algunos autobuses, donde precisamente el conductor está sentado más bajo que el resto de pasajeros para evitar esta circunstancia.

La elevada altura de la cabina del camión fue también la causa del grave atropello ocurrido en la confluencia de Ricardo Carapeto con Isidro Pacense, donde la mujer atropellada sufrió la amputación de una pierna.