La fábrica de Conservas Vegetales de Extremadura (Conesa), que se encuentra en el kilómetro 1,5 de la carretera que va desde Villafranco y la antigua N-V hasta Balboa, trabaja en la actualidad en la ampliación de sus instalaciones para duplicar la producción de unos de sus productos concentrados, el polvo de tomate, que pasará así de las 2.400 toneladas al año en la actualidad, a las 5.000. Así lo manifestó a este diario el director de Producción de la industria pacense, Manuel Vázquez, quien confirmó que también se encuentra inmersa en un proceso de adecuación a la normativa medioambiental de la Ley de Control y Prevención Integrados de la Contaminación. Ayer publicó el Diario Oficial de Extremadura (DOE) una resolución de la Dirección General de Medio Ambiente, que somete dicho proceso a información pública.

La fábrica, cuyas instalaciones ocupan 132.000 metros cuadrados entre Villafranco y Balboa, tiene una producción anual de 300 millones de kilos al año, o lo que es lo mismo, 6,5 millones al día durante los dos meses que dura la campaña del tomate, agosto y septiembre. Las 300.000 toneladas de tomate fresco que transforma la fábrica se destinan sobre todo a productos concentrados, polvo de tomate, deshidratados vegetales y polvo de otros muchos productos como el limón, para bebidas de refresco, por ejemplo. También se hacen dados o cuadrados de tomate --troceado-- y salsa pizza.

EN DICIEMBRE El polvo de tomate se produce durante todo el año, ahora en una de las torretas de la planta, y cuando concluyan las obras de ampliación, en diciembre, en una segunda línea de producción, a partir del tomate ya concentrado. Es decir, es un producto que se obtiene mediante una segunda fase de transformación. Este proceso se desarrolla durante todo el año con 70 trabajadores en la fábrica, aunque durante los meses de verano de la campaña el número de empleados es de 300. La inversión en esta ampliación es de seis millones de euros. Ahora se construye una nueva nave dentro junto a las dependencias de la fábrica ya existentes.

Manuel Vázquez explicó que la industria pacense destina la totalidad de su producción a la exportación, normalmente a países europeos, sobre todo a Inglaterra, Alemania y Países Bajos y nórdicos, "En España no se queda nada, porque aquí no tenemos cultura en el consumo de deshidratados", dijo. Ese producto se vende fuera como materia prima, sin marca propia. "Nosotros vendemos la materia prima que luego utilizan nuestras clientes en sus productos".

INFORMACION PUBLICA Por otro lado, Conesa ha iniciado el proceso de adaptación de sus instalaciones a la norma medioambiental recogida en la citada Ley 16/2002, cuyo proyecto se somete a información pública durante 30 días a partir de la fecha de su publicación en el DOE. Manuel Vázquez afirmó que "es un proceso que nos afecta a todas las industrias y es obligatorio". Con él se pretende reducir la emisión de gases a la atmósfera, de vertidos de aguas residuales; tratar los distintos tipos de envases que utilizan y también optimizar el consumo enérgico. Para ello "hemos cambiado de combustible, en vez de gas-óil, ahora utilizamos gas natural, que es más limpio", dijo.

Las instalaciones cuentan con cuatro naves adosadas dos a dos y un local anexo, con las naves de concentrado, de envasado, de dados de tomate, de expedición, laboratorio agroalimentario, edificio de producción y almacenamiento de polvo de tomate, que tiene 1.249 metros, así como la línea de concentrado de tomate, la de dado de tomate y la de subproductos, además de calderas, varios depósitos y estaciones reguladoras.