TCtonseguidor es un tipo con bastante cara, simpaticote y cautivador, que va de acá para allá enterándose de cosillas interesantes. Una vez enterado de cualquier cuestión de la que pueda derivar algún beneficio, busca al posible beneficiario y le endosa el cotilleo. Luego organiza un par de comidas de trabajo que pagan otros y después se forran todos en un par de maniobras o inversiones, según se vea. Es un oficio bastante sustancioso para desocupados varios y gente que no se sabe ni de qué va ni a dónde se dirige y está relacionado con profesiones similares como la de gigoló, intermediarios de cosas inverosímiles o traficantes de ilusiones pagadas. Los hay casi honestos, pero mayoritariamente son más bien lo contrario, de ahí sus destacadas posiciones en las corruptelas cotidianas y sus apariciones en los medios a raíz de algún escándalo más o menos financiero. Lo que ocurre es que muchas veces consiguen lo que persiguen y todas las partes quedan a gusto, por eso pueden resultar imprescindibles para determinados negocios o en determinados estamentos. Sin ir más lejos, Badajoz andaba cabizbajo y sucio rodeado de incertidumbre. Vislumbraba apenas un futuro medio qué, y mira tú, alguien le ha conseguido un faro del Guadiana lleno de tiendas de colores y una empresa de limpieza dispuesta a barrer los lodos antiguos. Con ello piensa alumbrar definitivamente un porvenir quizás glorioso. Ahora está de moda un tal Nanín que andaba por el Real Madrid haciendo consecuciones a las órdenes de su presidente. El sujeto ejercía a título particular, a beneficio de unos pocos y a costa de muchos como tú y como yo si hubiéramos sido del Madrid. Le han echado, pero solo porque han descubierto el pastel. Hay otros que nunca se destapan y están ahí, contigo, dándole beneficios a alguien a expensas tuyas. Esos son los peligrosos. Espero que ninguno interfiera en la consecución del porvenir glorioso de Badajoz, porque no me gusta el fútbol pero soy obligatoriamente ciudadana.