El alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, anunció ayer que el ayuntamiento piensa tomar medidas legales y llevar al juzgado al anterior adjudicatario de la cafetería La Marina, que fue inaugurada ayer. Según Celdrán, en este establecimiento pacense se han perdido muchos millones al permanecer alrededor de nueve años cerrado.

Por fin abrió ayer sus puertas para ser bendecida por don Apolonio y servir de "puente de unión entre el casco antiguo y la ciudad moderna", como puntualizó Celdrán, quien añadió que el local ya se echaba de menos, sobre todo en las fiestas, ya que era el "buque insignia" de la ciudad.

LUGAR DE ENCUENTRO

La Marina, en otros tiempos, representaba el centro neurálgico de reunión cuando toda la vida social se concentraba en San Francisco. Según su gerente, Vicente Martín, la actual cafetería sólo conserva el prestigio y el nombre del anterior establecimiento, ya que su diseño es mucho más moderno y acorde con los tiempos que corren. Sin embargo, también se espera que, para muchos, la apertura del local suponga recordar viejos tiempos.

El edificio consta de dos plantas. La de arriba está destinada al comedor, con capacidad para unas 40 personas, y la parte de abajo es la cafetería, donde se podrá saborear jamón con denominación de origen, queso, chorizo, boquerones, croquetas, mejillones y refrescos de fresa y zanahoria, entre otros.