Me metí en esto porque era una asignatura optativa diferente". Así se expresó José María González, estudiante de 16 años del Instituto Rodríguez Moñino, mientras su compañero Carlos González intentaba vender una bandeja hecha por su cooperativa a cualquier que pasara a su lado. Son dos de los más de 500 escolares que se ayer se reunieron en Puerta del Pilar, en Badajoz, en un mercado de productos adquiridos, intercambiados o realizados por ellos en grupos cooperativos como final de la asignatura Empresa Joven Europea (EJE).

La EJE está promovida por el Gabinete de Iniciativa Joven (GIJ) con el fin de formar a los alumnos los en habilidades emprendedoras, de liderazgo e innovación que les sean útiles en su vida cotiadiana. La actividad cerró el curso académico en esta asignatura y con el dinero que obtengan del mercado de ayer, los chicos y las chicas destinarán un porcentaje a una oenegé, contra el cáncer en el caso de la cooperativa 16+1 igual a nosotros , según Julia Durán, María Armada y Alberto Domínguez, del Instituto Domingo Maestro Cáceres; y el resto se lo repartirán entre ellos.

En los puestos, tiendas de un azul agresivo, vendían los jóvenes todo lo imaginable, desde bollos de leche a productos artesanales, mochilas, adornos, colonias, o mecheros. Como ellos hacen miles de estudiantes del resto de España y de los demás países europeos. Cada cooperativa local tiene una cooperativa-socio en otra ciudad o país con la que intercambian productos e ideas. Algunos han trascendido la Unión Europea y han buscado contactos con Latinoamérica.