Se han cumplido dos años desde que el Hospital Provincial dejó de ser hospital y me temo que pasará alguno más antes de que este gran edificio vuelva a tener un uso completo. Es estupendo que el Gobierno central haya decidido que sea un parador, como también parecía estupendo reutilizarlo como residencia de estudiantes; lo que no tiene perdón es que durante este tiempo este singular espacio permanezca infrautilizado.

Está visto y comprobado que sólo un inmueble privado dedicado a viviendas tiene asegurada su ocupación inmediata, tal como está el mercado en la actualidad y a la vista de la demanda insatisfecha. Porque si es una Administración la que se hace cargo o mantiene la titularidad para darle un uso público, los plazos se alargan y se vuelven inciertos.

Bastará con comprobar cuánto tiempo va a tardar en ocuparse la antigua casa de los Puebla, cuyas obras de rehabilitación ya se han iniciado, y que se convertirá en apartamentos y cuánto tiempo lleva vacía la sede de Vivernet, en la calle Montesinos, que por lo visto ya está amueblada, por no mencionar las Casas Coloradas que tiene la Junta en la plaza Alta.