"La desidia, la falta de interés y el desconocimiento de los responsables municipales, de ahora y de hace diez y veinte años, ha desembocado en que con la mayor naturalidad vayamos a permitir y a fomentar la destrucción de otro de los hitos representativos de la ciudad". Así de contundente se mostró ayer el cronista oficial de Badajoz Alberto González, quien lamentó que se prive a la ciudad de otro de sus referentes históricos.

Este edificio, según recordó, "ha sido un referente de esta zona de Badajoz durante muchas décadas".

El mercado de Santa Ana es un ejemplo de arquitectura racionalista en Extremadura. Obra del arquitecto municipal Rodolfo Martínez, se inauguró en 1940, y en 1990 sufrió una restauración por parte del ayuntamiento que cercenó parte de sus características originarias, "después la abulia, el aburrimiento y la ignorancia han hecho que se vaya muriendo poco a poco hasta que ahora se certifica su defunción definitiva", según el cronista. En su opinión, se concibió como mercado "y ha sido un ejemplo de obra para el desempeño de funciones".