La Cruz Roja española junto con la Cruz Vermelha portuguesa, realizaron ayer un ejercicio de emergencia en las instalaciones de la antigua fábrica Hering y en la Academia de Seguridad, en la avenida de Elvas, dentro de un programa de formación de equipos de respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE), subvencionado por la iniciativa comunitaria Interreg.

El programa, iniciado el 19 de julio, concluyó con este simulacro transfronterizo, en el que participaron 60 miembros de ambas organizaciones y algunos de sus familiares, incluidos mujeres y niños. La fábrica sirvió como escenario para la evacuación de un edifico derrumbado, donde 20 voluntarios fingían estar accidentados y otro grupo realiza funciones de salvamento. Las víctimas, caracterizadas para la ocasión, se repartían por la toda la superficie de la fábrica pidiendo auxilio.

El objetivo es enseñar a los participantes a actuar en situaciones de catástrofes, "no sólo para dar apoyo clínico, sino también psicológico, por ello el equipo está compuesto por un psicólogo, un trabajador social y diez voluntarios de apoyo". Además, un equipo de la organización que actuó el 11-M en Madrid "ha venido a darnos algunas clases para prepararnos bien", dijo María Jesús Gómez, formadora psicosocial.

ZONA CERO Manuel Bernal Medina, director provincial de Socorro y Emergencia, explicó el funcionamiento del simulacro: "La _ zona cero es como llamamos al lugar donde sucede la catástrofe; el simulacro se basa en un triaje --rastreo-- por esa zona para buscar las víctimas", dijo.

"Las víctimas más graves son trasladadas en ambulancia al Puesto Médico Avanzado que hemos montado en la Academia de Seguridad Pública y las que necesitan apoyo psicológico son agrupadas para ser tratadas por nuestro equipo", añadió el director provincial. Este puesto médico avanzado consiste en una carpa hinchable rápida y un puesto de avituallamiento donde hay bebidas calientes y frías para las víctimas, camas para los heridos y material de emergencia para una catástrofe", añadió.

La Cruz Roja actuaba con rapidez y el idioma no era un problema, pues tanto portugueses como españoles han recibido cursos de español y portugués respectivamente. Antonio Pacheco, voluntario de la Unidade de Socorro de Estremoz (Portugal), afirmó que "este tipo de intervenciones es muy útil para los pacenses y para los alentejanos y ayudan a la cooperación". Este simulacro no és el único que se hará con Portugal; en septiembre está preparado un ejercicio acuático en las aguas del pantano portugués de Alqueva.