CSIF denunció ayer en una comunicado que en enero se han producido ocho agresiones en el centro penitenciario, cuatro de ellos a funcionarios que tuvieron que ser atendidos por los servicios sanitarios, la última el pasado lunes. Calificó de "caos" la situación en la prisión, lo que ha derivado en una tensión que "se traduce en peleas y agresiones a funcionarios".

También criticó que en módulos para 80 reclusos haya 150 vigilados por dos o tres funcionarios y una "pésima clasificación interior".

El director del centro afirmó que la última agresión fue pequeña, que hay un riesgo propio de la profesión y que "estamos en periodo de elecciones sindicales".

CSI-CSIF quiere pedir al fiscal de la Audiencia que las agresiones a funcionarios se traten como atentado en el Código Penal.