Máxim Huertas fue el invitado estrella ayer en la Feria del Libro de Badajoz. «Han tardado mucho en volverme a llamar», bromeaba, tras asegurar que su anterior visita le trajo «muchísima suerte». Estaba escribiendo un libro por el que después recibió un premio. En esta ocasión, el periodista y escritor presentaba al público pacense su última obra, Firmamento.

«Es una novela llena de riesgo, realmente luminosa y que he disfrutado muchísimo escribiendo». Mario y Ana son los únicos personajes de una historia que transcurre en una sola noche. «Es una de esas historias que a todos nos ocurren, que duran muy poquito, pero que nos marcan para toda la vida». Huertas habla en Firmamento de la memoria y la mentira, muy presentes también en sus otros libros. «En casi todas las novelas suelo jugar a las cosas que a mi me gustan: el paso del tiempo, el amor, los sentimientos... Me uno a los grandes temas que son los que más me interesan como lector».

Para esta novela eligió como escenario un hotel de Mallorca en el que se alojaron Charles Chaplin, Churchill o Grace Kelly y Rainiero de Mónaco en su luna de miel. «El hotel en sí ya es un firmamento de estrellas. Me enamoré de ese lugar, que parece que lo descubres tú por primera vez... Por allí han pasado muchos autores y ya ha habido muchas historias, y me dije ahora quiero la mía», comentaba ayer en el paseo de San Francisco mientras sus fans esperaban a que les firmara sus libros. No obstante, para el escritor «cualquier lugar es un lugar de novela, lo único que hay que hacer es escribirla y ponerle tapas».

Huertas coincidió en la Feria con Marta Robles, Cristina Higueras y Berna González Harbour, que vinieron para hablar de novela negra. «No me sale la novela negra, es un género que me gusta como lector, pero no me interesa como autor. Mi novela es de amor y mentiras y todas las novelas, hasta las negras, tienen sentimientos: emociones, envidias, celos... «Esa parte es la que más me interesa y eso es Firmamento».