Un grupo de trabajadores del centro de menores Vicente Marcelo Nessi, que depende de la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Extremadura, ha denunciado la situación que padece el colectivo de cuidadores, 32 en total, en cuanto a que se sienten "desprotegidos" y a la "imposición de funciones" que no les corresponden. Además, cuestionan si realmente "se hace reeducación con los internos cuando están la mayoría del tiempo con nosotros, que para nuestro trabajo sólo se nos exige el Graduado Escolar, pues los educadores sólo acuden en momentos puntuales".

Este colectivo profesional, según testimonios recogidos por EL PERIODICO, rechaza el contenido de un manual de instrucciones entregado por la dirección para que hagan aportaciones, porque "se salta a la torera las funciones propias de nuestra categoría de auxiliares que recoge el convenio colectivo".

Una de estas personas --que piden que no aparezcan sus nombres por temor a represalias--, afirmó que "nos obligan a hacer funciones que corresponden a otras categorías y se nos responsabiliza de todos los actos que realicen los menores".

Además, señalaron que los educadores, "que no están en el módulo, sólo tienen que aparecer en momentos puntuales y ante problemas concretos; sólo entonces se podrá llamar al educador, cuando hayamos intervenido nosotros y prácticamente solucionado el problema. Eso es educación a distancia".

CONTROL DEL COMEDOR Otra afectada especificó que el educador está en otra planta y acudirá, si puede", además de que tienen que realizar tareas como controlar el comedor, dar medicación, "incluso psiquiátrica, y hasta dar metadona e ir a buscarla al Cedex". En este sentido, apostilla otra más, "se le ha pedido al director que nos dé la orden por escrito, pero no lo hace".

Otro aspecto que rechazan es que "nos obligan a hacer registros corporales a la internas después de las visitas y de las salidas de fin de semana, porque el centro carece de vigilantes femeninas"; algunas se han negado y han pedido que se les indique por escrito si han de hacerlo. Y aclaran que "sí tienen que descubrirse pero en ropa interior".

También denuncia este colectivo que los chicos y las chicas "están mezclados en el módulo durante el día, algo que prohíbe la Ley del Menor", como el que "estén juntos los internos con los jóvenes que entran a cumplir medidas de fines de semana, o que estén agrupados los internos con los chicos que están en régimen semiabierto y abierto".

Por otro lado, el problema de inseguridad que viven los cuidadores, según cuentan, se agrava con la ubicación del centro, justo enfrente de Los Colorines.

LOS COLORINES A veces, según los trabajadores, los menores se comunican con sus familias desde las ventanas "y les dan nuestros nombres, marcas y matrículas de los coches y nos amenazan de muerte sin que la Administración haga nada".

Esta situación les hace sentirse "desprotegidos, y también hay veces que estamos una persona sola con nueve internos y no tenemos potestad para sancionar, ni reeducar; mientras que los educadores sólo aparecen cuando el conflicto ya ha ocurrido". Y es, además, una de las causas de baja por depresión y ansiedad. "Nos dicen de todo menos bonita", según manifestaron.

Otro problema es el acondicionamiento del centro, que en verano hay sitios "donde hace más de 45 grados y en invierno tenemos que estar con abrigos y bufandas, unas condiciones inhumanas también para los chicos".

Asimismo, denuncian la carencia de personal los fines de semana, con "dos cuidadores por turno para cuatro módulos y a veces, uno; además no hay actividades educativas, sólo recreativas y el ATS sólo va de lunes a viernes tres horas, por lo que a veces tenemos que hacer curas leves, como poner una pomada o echar unas gotas, y cuando llamas al director, sale el buzón de voz", según una cuidadora.

Igualmente, los trabajadores cuestionan "¿qué reeducación se puede dar, si el educador no está presente y los menores están con personal de Graduado Escolar? .

Varios miembros de este colectivo han manifestado que"todos estos problemas los hemos puesto en conocimiento de la dirección y de los políticos, pero no nos hacen caso". EL PERIODICO ha pedido conocer la versión de la Junta sobre estas denuncias, sin que hasta el cierre de esta edición hubiera respuesta.