José Guerra, el sacerdote que denunció haber sido insultado por un agente de la policía local, y que a su vez lo llamó "imbécil", ha manifestado a EL PERIODICO que su abogado estudia la posibilidad de acudir a los juzgados, a denunciar lo que considera unas escuchas ilegales, tras saber que fue grabada su conversación y haber sido hecha pública "sin mi consentimiento", dijo, y consideró que "esto es una democracia libre, pero parece una democracia vigilada".

CON RESPETO Un funcionario público, afirmó Guerra, "tiene que tratarte con respeto y si no, puedes responderle. Además, no se puede grabar una conversación sin permiso de los afectados, ni transcribirla, sin una orden judicial, lo dice el artículo 18-3 de la Constitución, porque si no, sería un Estado policial. Son remembranzas hitlerianas".

José Guerra manifestó ayer a EL PERIODICO su temor "a que me hayan pinchado el teléfono. Esto ocurre con el PP; no ocurriría con otros partidos". E insistió en que "si un funcionario cree que mi denuncia es una chorrada, que se aguante, se lo trague y que me escuche; si no, los ciudadanos estamos inermes".