Daños «irreparables». Así calificó ayer la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz los destrozos que ha sufrido parte de la barbacana almohade de la alcazaba, en concreto en la zona más cercana a la torre del Alpendiz, una de los tramos del recinto ya rehabilitada. El colectivo denunció el «nuevo ataque vandálico» sobre el monumento, del que responsabilizó a los grupos que hacen botellones en este lugar aprovechando que está «sin iluminación y vigilancia», según criticó su presidente, José Manuel Bueno.

La asociación se topó con estos destrozos el sábado por la mañana, cuando varios de sus miembros acudieron a la zona para valorar los daños ocasionados por el fuego que la tarde anterior afectó a las laderas de la alcazaba «Han debido derribar la barbacana a patadas o valiéndose de objetos que hicieran de palanca, porque son bloques grandes, que luego han llevado de un lado para otro», explicó el presidente, quien lamentó «la impunidad» con la que actúan los vándalos, pese a que han denunciado «por activa y por pasiva» ante el ayuntamiento los desperfectos que estos grupos causan al patrimonio y han exigido reiteradamente que se tomen medidas.

El colectivo señaló que esta zona, a la que no llegó el fuego pues las lantanas que hay plantadas «no prenden», se ha convertido en un «estercolero», con resto de bolsas de plástico, botellas y latas. Bueno denunció que pese a ser una zona restaurada por ella «no pasa» ni el servicio de limpieza ni la policía, por lo que los vándalos «tienen todo el tiempo del mundo» para hacer de las suyas.

En este sentido, la Cívica reclamó, como ya ha hecho en anteriores ocasiones, que se instalen cámaras de vigilancia y se cierre por las noches el recinto. La asociación ha trasladado su denuncia y reivindicaciones al ayuntamiento de manera informal y, según su presidente, también se pondrán en contacto con la Dirección General de Patrimonio, pues consideran que si el consistorio no toma medidas, debe ser la Junta de Extremadura, la que lo obligue «a preservar» el patrimonio histórico de la ciudad.

Por su parte, la portavoz municipal, María José Solana, señaló ayer que los arqueólogos y los técnicos municipales están valorando los daños causados en la barbacana y la policía local está trabajando por si fuera posible dar con los autores.

Asimismo, Solana defendió que el ayuntamiento siempre está «vigilante» para tratar de evitar este tipo de sucesos y anunció que el consistorio instalará cámaras de vigilancia en la alcazaba como «elemento disuasorio», aunque advirtió de que con ello no se garantizará que el patrimonio sufra nuevos ataques, pues reconoció que existen «muchos recovecos» que impiden que se pueda controlar al 100%. El proyecto para instalar las cámaras, que hace unos días reclamó el grupo municipal socialista, pues fue un acuerdo alcanzado hace más de un año, ya está en estudio.

La portavoz municipal aseguró que tanto la policía local como la Nacional prestan «especial atención» a las zonas de valor histórico y patrimonial donde se detecta que se celebran botellones de manera ilegal y reiteró que el ayuntamiento continuará denunciando los ataques al patrimonio para que los autores, como ya ha sucedido recientemente, sean sancionados.

En cuanto al cierre de la alcazaba por las noches, reiteró que la postura del equipo de gobierno es que el recinto permanezca abierto para que las cientos de personas que lo visitan a diario puedan seguir haciéndolo sin tener que adaptarse a un horario, pues estos ataques «puntuales» al patrimonio no van a «cohartar» el derecho del «99,9%» de los ciudadanos que respetan el recinto.

Solana agradeció la labor de los colectivos «serios» en defensa del patrimonio, así como sus aportaciones, al tiempo que recordó que se ha invertido mucho dinero para poner en valor los monumentos de la ciudad, en la que hay 8 kilómetros de fortificaciones y no en todos los casos la entidad de los daños es igual.