Son los perjudicados indirectos de la obra de construcción de un edificio de viviendas parada desde hace dos años en la esquina de la calle Alicante con Romero de Cepeda, en San Roque. Los primeros damnificados han sido los vecinos que se han quedado sin las casas que permutaron a la constructora. Pero además están los que siguen viviendo en esta calle, que fue ocupada parcialmente por la obra mediante unas vallas y que nadie se ha hecho responsable de retirarlas con lo cual, no se puede utilizar este espacio de una vía que es pública (donde incluso hay bancos que han quedado detrás de la alambrada) y además se está convirtiendo en un estercolero.

Concepción Gordillo y Esperanza Cerezo son dos de las vecinas de la calle Alicante. Esperanza cuenta que ella y su madre pasan a menudo por esta esquina "y cada vez que veo esto me repatea, es una injusticia que estos señores tengan el derecho a tenernos la calle así". Tras la valla se acumulan las hojas de los árboles de varios otoños y cuentan que las ratas son inquilinas habituales del inmueble, porque además se ha acumulado basura. "Que nos quiten las vallas y nos limpiEn esto, porque es una pena para una calle que siempre ha sido tan bonita, donde celebrábamos la Nochevieja y las Cruces de Mayo", se lamenta Esperanza.

Esta vecina explica que cuando la constructora detuvo la obra retiró la mayor parte del material, pero no la limpió y aún quedan montones de arena y ladrillos. Una solución sencilla hubiera sido que hubiesen retirado hacia atrás la valla y la hubiesen colocada pegada a la obra, sin ocupar la calle. El problema es que no saben dónde acudir, porque la constructora no responde ni tampoco la entidad financiera que ha embargado. Ya se quejaron de la valla que ocupaba la acera de Romero de Cepeda y desde el ayuntamiento la retiraron. Otro problema que apuntan es el de la gran grúa que nadie ha desmontado y que los vecinos consideran un peligro.