Elena salió de la casa con su gato y unas bolsas tras un fin de semana de traslado de enseres a la sede de Campamento Dignidad y a casa de algunos amigos para aliviar en lo posible el trago amargo del desahucio. Su madre y sus hijas de 10 y 14 años, con las que vive, se encontraban a esa hora en casa de un familiar para que no estuvieran en el momento del abandono de la vivienda con sus cosas en la calle, sin tener adonde ir.

Miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), de Stop Desahucios, Comisión de Vivienda 15M, de Amnistía Internacional, de Salvar Parque Ascensión, Campamento Dignidad, Coordinadora de Estudiantes, Todos Iguales todos legales y los ediles García Borruel, de Juntos por Badajoz, y Fernando de las Heras, de Podemos, acudieron en apoyo de Elena, que recibió a la 9.30 a un agente judicial y miembros de la policía local, quienes le permitieron recoger los últimos enseres antes de salir.

La familia desahuciada no tiene cobijo, familiares que la acoja, ni ningún otro lugar a donde ir, por lo que los colectivos de apoyo acudieron al Instituto de Servicios Sociales, donde intentaron dar una solución para los primeros días, si bien la edil Gómez de la Peña manifestó que «las viviendas las tiene la Junta y la solución a estos problemas deben darla en la oficina que han montado, en teoría para evitar estos casos».

La propia afectada explicó a este diario que no paga el alquiler desde enero pasado, que recibió una carta del juzgado en septiembre, «pero aunque me decían que tenía que pedir ayuda, no podía moverme del sillón; y cuando sabes que no tienes con qué responder, peor todavía».

Elena no trabaja, ha solicitado la renta básica y se la han denegado por lo que no tiene ingresos. Sus hijas van al colegio y malviven con algún trabajo de hogar que realiza la abuela.

Miembros de la PAH señalaron que «nos llegó el caso el jueves, sin tiempo para reaccionar; acudimos al juzgado, pero nos dijeron que no se podía parar». Buscaron al dueño de la vivienda «para pedirle solo que espera un par de semanas hasta que se ellas encontraran un sitio adonde ir, pero parece que está de viaje en Italia y no lo encontramos».

En este caso, «las circunstancias son como en casi todos, les cuesta pedir ayuda porque les da vergüenza, pero haciéndolo con tiempo se pueden encontrar algunas soluciones, incluso evitarlo», según Pitu, de la PAH.

Los colectivos presentes «pedimos una solución a las administraciones local y autonómica, porque son los responsables de que haya familias sin viviendas», señalaron.