No hubo que lamentar daños personales pero sí se vivieron momentos de cierto nerviosismo entre los afectados y sobre todo el suceso generó gran expectación entre los numerosos viandantes y conductores que a esa hora pasaban por la céntrica avenida de Ronda del Pilar. Los inquilinos de todas las viviendas y locales de las ocho plantas del conocido edificio Sara (en el que hay 42 viviendas y servicios territoriales de la Junta de Extremadura en la entreplanta), en el número 8 de la avenida, fueron desalojados de forma voluntaria y espontánea durante más de una hora debido al incendio ocurrido en una de los pisos del bloque, en el tercero 3.

En la fachada de la calle La Bomba, hacia donde da la ventana del salón, se vieron grandes llamaradas. Solo se produjeron daños materiales, fundamentalmente en el salón de la vivienda donde ocurrió el fuego, aunque dos mujeres mayores fueron atendidas por la ansiedad que les provocó lo ocurrido. Además, un repartidor de propaganda tuvo que ser liberado al quedarse atrapado en uno de los ascensores, al que subió a pesar de que un vecino le advirtió de que no lo hiciese pues ya se veía humo en el inmueble. Medio centenar de vecinos que esos momentos estaban en el bloque bajaron al rellano de la entrada y a la calle. En el siniestro intervino el servicio municipal de bomberos, la Policía Nacional, la Policía Local y una ambulancia de Cruz Roja.

El incendio se inició sobre las 11.15 de la mañana. La causa del fuego fue un brasero que prendió en una falda de camilla del salón, donde en ese momento había dos niños que posiblemente y de forma involuntaria provocaron el incendio. Los niños son franceses, viven normalmente en Montpelier y están en Badajoz con sus padres en casa de su abuela, con la que se encontraban ayer en la vivienda. El jefe del servicio municipal de bomberos, Fernando Bermejo, apuntó que posiblemente estos pequeños no están familiarizados con el riesgo de un brasero.

Según relató a este diario José María Matamoros, que vive en el quinto, sintió "mucho olor a humo" y fueron evacuados todos avisándose unos a otros. "Nos hemos asustado mucho", manifestó. Carmen Guiberteau estaba con otros ocho miembros de su familia en su casa, en el cuarto 1. Llamaron al timbre pero pensaron que eran niños de broma por el día de los Santos Inocentes. El padre sin embargo fue al piso de abajo y al comprobar el humo avisó a sus familiares, que se pusieron algo más nerviosos porque tuvieron que bajar al abuelo que está en silla de ruedas. "Los bomberos han llegado enseguida", relató la hija, Carmen Ojalvo.

Bermejo explicó que "afortunadamente" los bomberos estaban en ese momento muy cerca de este lugar "y hemos podido controlarlo a tiempo". Los daños materiales afectaron fundamentalmente al salón, donde se quemó todo el mobiliario y está afectado por el humo el resto de la casa porque las puertas estaban abiertas y se coló en todas las habitaciones. El jefe del servicio destacó que no hubiera hecho falta desalojar el bloque porque es un edificio "bien organizado" donde las escaleras son independientes de las viviendas y hay puertas de comunicación.