Los vecinos de Suerte de Saavedra vivieron ayer una jornada inusual al encontrarse a primeras horas de la mañana con un amplio despliegue policial y varios camiones de empresas de mudanzas en su barrio. Un importante número de agentes de la Policía Nacional acompañaron a los técnicos de la Agencia Extremeña de la Vivienda en el desahucio de las primeras familias que hasta ayer residían en pisos cedidos por la Junta de Extremadura. Esta actuación se enmarca en el programa de intervención en barrios conflictivos emprendido por la agencia con el fin de facilitar la convivencia normalizada y la integración social.

En total se efectuaron cuatro desalojos, --dos por impago y conductas asociales y otros dos en pisos que no estaban ocupados--, de los 11 que están previsto llevar a cabo en próximas fechas en distintos puntos de Badajoz, según explicó la asesora de la Agencia Extremeña de la Vivienda, Paloma Castellano, que asistió ayer en Suerte de Saavedra a los desalojos.

MUDANZA GRATUITA Cerca de las ocho y media de la mañana, llamaron a las puertas de las familias para comunicarles que iban a ser desalojadas y trabajadores de distintas empresas de mudanzas sacaron los muebles y los enseres y los introdujeron en camiones para llevarlos a un guardamueble, ya que la Junta les ofreció la posibilidad de trasladarle sus cosas a donde ellos dijeran, pero pidieron que se los guardasen. "Les hemos hecho un favor, la Junta les ha hecho la mudanza para agilizar el procedimiento", según Castellano.

Una vez dejaron los pisos completamente vacíos se procedió a tapiar con ladrillos las puertas y las ventanas de los balcones para impedir la ocupación ilegal de estas viviendas que serán entregadas a otras familias que se encuentran a la espera de una casa.

El desahucio se hizo de forma rápida y sin ningún incidente destacado, aunque no faltaron los insultos y el nerviosismo propio de la ocasión por parte de los afectados, que mostraron su indignación al ver que se quedaban en la calle. Angel Cebrino, un hombre viudo con cinco hijos, que ocupaba un bajo en el bloque 11 de la calle Eduardo Naranjo, se quejó. "Nos están utilizando como cabeza de turco, dicen que no pagamos pero aquí no paga nadie y dicen que somos conflictivos pero yo nunca he tenido problemas con nadie". En los mismos términos se lamentaba Mari Carmen Cáceres, que fue desalojada de un piso de la avenida Antonio Hernández Gil, con 6 hijos y su marido enfermo.

Algunos vecinos, que no quisieron identificarse por temor a represalias, reconocieron que personas como las que ayer fueron desalojadas alteran la convivencia en el barrio y pidieron a la Junta que continúe el proceso y no se quede en esto "porque hoy por hoy los más conflictivos siguen aquí", explicó una mujer.

Paloma Castellano aseguró a este diario que se continuará con los desahucios y reconoció que hay otros 80 expedientes de desahucio abiertos en Badajoz, "aunque el procedimiento administrativo es muy lento, pero no vamos a consentir que haya vecinos viviendo con un doble alquiler: el económico y el social".

También anunció que la Agencia Extremeña de la Vivienda está trabajando paralelamente en otras medidas para la integración de estos barrios, concretamente en Los Colorines, donde se estudia la renovación urbana con espacios para las relaciones sociales y el diseño de talleres de formación.