Han pasado unas pocas semanas desde que se abrió al paso de peatones el restaurado puente de Palmas y ya los gamberros han hecho de las suyas. Los operarios de Ferrovial fueron avisados el viernes de que faltaba una de las rejillas de desagüe del puente y cuando ayer por la mañana acudieron a taparla de forma provisional, se percataron de que faltaba una docena más. Alguna incluso se podía ver abajo entre juncos, donde alguien la había arrojado.