Un vecino de Badajoz informó en el 2001 a la Sociedad Arqueológica de Extremadura (SAE) de la existencia de unos restos arqueológicos en una finca situada al sur de las Vaguadas, cerca de la carretera de Valverde. Entonces no se sabía de qué se trataba, pero en el 2003, el entonces presidente de la SAE, Josep María Rosell, elaboró un informe que remitió a la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura, dando cuenta del hallazgo y solicitando que se incluyera en el registro de bienes patrimoniales.

Una vez visitado el lugar y analizados los restos que había, a ras de tierra y esparcidos por los alrededores, se tardó un tiempo en ubicarlos en una localización concreta, hasta que el autor de dicho informe dio con ella en el plano Badajoz y sus alrededores , anónimo y del año 1750, que se encuentra en la Cartoteca Histórica del Servicio Geográfico del Ejército. Así, se trata de los restos de una torre medieval/moderna cuya función era vigilar los accesos a la ciudad por el sur.

Desde entonces, este hallazgo se ha mantenido silenciado y la Sociedad Arqueológica, que anunció en la presentación de sus actividades, en octubre pasado, que daría a conocer un importante descubrimiento en una de las conferencias de su ciclo --al parecer será el día 21--, no respondió entonces a las preguntas sobre el mismo. No obstante, el autor del informe confirmó el descubrimiento y manifestó que dará datos en dicha conferencia.

DOMINIO VISUAL Los restos de la torre, que será denominada como Atalayuela , se hallan en un cerro desde el que se domina visualmente la cuenca del Guadiana y las de sus afluentes los arroyos Rivillas y Calamón, así como parte del trazado de la cañada de Sancha Brava.

En ese lugar se aprecia un aplanamiento del terreno que se sospecha que puede albergar algún tramo de muro. De hecho, para saber qué restos hay de la torre, se pedirá que se hagan excavaciones y, en caso de que hubiera elementos suficientes, se plantearía la posibilidad de su reconstrucción.

La Junta de Extremadura recibió en su día la información sobre el hallazgo. Al tratarse de restos de una estructura militar, éstos quedan protegidos por ley como parte del patrimonio nacional, por lo que sí se ha pedido a Patrimonio que se coloque una valla de protección y se preserve el lugar de la presencia de posibles expoliadores.

El último hallazgo de este tipo fue el de los restos de la llamada torre de Yelbes, en el año 2000, que se encuentran en la zona de campo a las traseras del hospital Infanta Cristina y el campus, y fue por miembros de la SAE.