La cubierta de uralita del graderío del campo de fútbol del Viejo Vivero ya se ha desmontado. Una empresa especializada se ha encargado de realizar este trabajo debido a que la retirada del material de amianto que forma parte de las cubiertas requiere un tratamiento especial. El derribo de las instalaciones estaba pendiente de que se procediese a retirar este material contaminante, aunque ayer el ayuntamiento no confirmó la fecha en la que comenzará a demolerse.

La previsión del equipo de gobierno era que las obras para construir el nuevo complejo deportivo del Viejo Vivero, con un presupuesto de 4,8 millones con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local, comenzasen tras la Semana Santa, ya que el decreto que regula este fondo establece que los proyectos deben estar finalizados antes del próximo 31 de diciembre.

No obstante, al tratarse de la obra de mayor envergadura que se realizará en la ciudad con cargo a la partida estatal, el alcalde, Miguel Celdrán, ya recordó en la presentación de este proyecto el pasado mes de marzo que existe la posibilidad de ampliar el plazo de finalización seis meses y que si fuera necesario se acogerían a esta opción.

El nuevo complejo deportivo de la margen derecha, que se seguirá denominando Viejo Vivero, ocupará una superficie de unos 28.000 metros cuadrados y la obra supondrá la ampliación de las calles que rodean a las instalaciones. Sobre el actual campo de tierra se construirá una plaza con un edificio de titularidad municipal en una de las esquinas.