El Servicio de Parques y Jardines sufre la baja de 2.000 aspersores y difusores al año debido a actos vandálicos, por lo que el coste que supone al ayuntamiento reponerlos ronda los 30.000 euros, según el jefe del servicio, Francisco Ramírez de la Merced, quien aseguró que en muchos casos la gente "se los llevan para ponerlos en sus chalet y otros los rompen a patadas sólo por hacer daño, que es lo más triste". Los aspersores que se utilizan en los parques y jardines de la ciudad son de polietileno y cada uno cuesta unos 15 euros. Estos elementos, al igual que el mobiliario urbano, no han conseguido librarse de la acción de los vándalos.