Encontró un décimo en una chaqueta que una amiga de su mujer le había regalado y descubrió que correspondía al número agraciado con el segundo premio del pasado sorteo extraordinario de la Navidad, dotado con nada más y nada menos que 125.000 euros, por lo que decidió quedarse con él y cobrarlo. Pero los auténticos propietarios lo echaron en falta y la Policía Nacional localizó a quien había cobrado el décimo, que fue detenido por apropiación indebida, pasó a disposición judicial y puesto en libertad con cargos, aunque sólo ha devuelto parte del dinero cobrado.

La historia es rocambolesca por cómo se han sucedido los hechos. El pasado 22 de diciembre, el día del sorteo del gordo de la Lotería Nacional, fue denunciado en la Comisaría Provincial un supuesto robo con fuerza en un domicilio al que, al parecer, alguien había accedido pero ni las puertas ni las ventanas estaban forzadas. Los denunciantes aseguraban que se habían llevado 200 euros en efectivo y 10 décimos de Lotería, entre los cuales, uno correspondía al número 92.845, agraciado con el segundo premio del sorteo extraordinario.

Los propietarios decían que los décimos y el dinero estaban en su mesilla de noche. Tras realizar la correspondiente investigación, los agentes descubrieron que la mujer del legítimo dueño de los décimos había regalado a una amiga unas chaquetas de su marido, sin percatarse de que el décimo premiado estaba en el interior de una de estas prendas.

La policía logró identificar a la persona que se había apropiado del décimo gracias a que se conocía la serie y la fracción del boleto y se localizó a quien lo había cobrado, que fue arrestado por un delito de apropiación indebida. Se trata de un joven de 20 años. Cuando los agentes le tomaron declaración, verificaron que no había sido el autor de un robo en el domicilio de los dueños del décimo premiado sino que el boleto cayó en sus manos cuando se puso una de las chaquetas que había regalado a su mujer una amiga, porque el marido de ésta ya no las usaba. El décimo estaba en uno de los bolsillos interiores y, tras comprobar que había sido premiado con tan abultada cantidad, no advirtió a la dueña de su error y fue a cobrarlo.