La Policía Nacional ha detenido a un hombre acusado de estafar al menos a seis mujeres, la mayoría octogenarias y vecinas de la barriada María Auxiliadora, fingiendo ser empleado de distintas empresas de suministros y engañarlas para obtener dinero por cambiar los contadores o prestar cualquier otro servicio que en realidad no llevaba a cabo.

Aunque solo se han presentado seis denuncias --todas ellas en enero y febrero, según señalaron a este diario fuentes policiales-- se sospecha que el ahora detenido, identificado como J. A. M. M., de 37 años, con residencia en la ciudad y sin antecedentes, puede haber estafado a un mayor número de personas. La policía tampoco descarta que haya otro hombre que esté utilizando una táctica muy similar para engañar a sus víctimas. J. A. M. M., que fue detenido en la calle Encarnación, coincide con la descripción dada por las denunciantes: un hombre de unos 35 años, moreno, de 1,75 metros de estatura y vestido casi siempre con chándal.

Los casos de estafa que se han denunciado y que se atribuyen al hombre detenido fueron cometidos viviendas de las calles Jesús Rincón Jiménez (a dos vecinas), Vicente Delgado Algaba, América --todas en María Auxiliadora--, los grupos José Antonio y Vasco Núñez. Según la policía, el supuesto estafador localizaba a sus víctimas a través de los buzones de los portales, siempre fijándose en que su nombre figuraba en solitario y que pudiera tratarse de personas de edad avanzada.

Una vez que elegía a la víctima, anotaba sus datos en impresos de organismos como Correos --para simular que era un documento oficial-- o extraía alguna carta comercial del buzón. A continuación subía al domicilio y si coincidían las circunstancias que había previsto (que la mujer era mayor y vivía sola), se hacía pasar por empleado de una empresa y demandaba cierta cantidad de dinero por cambiar el contador o cualquier otra prestación.

La policía no pudo precisar la cantidad de dinero de la que podría haberse apropiado mediante esta estafa, aunque la remuneración que pedía variaba: unas veces 19 euros, otras, 29 y en alguna ocasión hasta 49 euros. Durante la investigación, los agentes han comprobado los datos e identificado a empleados de distintas empresas ante la alerta de ciudadanos que desconfiaban de su autenticidad.