Mamá tengo miedo porque me van a matar", fue lo primero que Yolanda Rodríguez logró entresacar a su hijo de 9 años, tras ver el penoso estado en que llegó a su casa la noche del pasado pasado viernes. "Venía muy nervioso, ronco con los labios morados y no quería hablar porque tenía mucho miedo, le habían dicho que si contaba lo que había ocurrido lo matarían", explicó la madre del pequeño, una vez que pudo hacerle hablar y lograr que le contará lo que le hicieron dos chicos del barrio donde viven, los Colorines, que han abandonado por el momento para ir a casa de unos familiares.

Yolanda Rodríguez averiguó al fin que su hijo había sido objeto de una agresión sexual en una casa abandonada, un piso de la plaza Toto Estirado, por lo que a la mañana siguiente lo llevó al Materno Infantil, donde los médicos del hospital y los forenses, una vez fueron avisados, tras practicarle las pruebas correspondientes confirmaron que el pequeño "había sido forzado y violado", y sufría otras lesiones en diversas partes del cuerpo a consecuencia de la agresión.

La Policía Nacional se personó en el centro hospitalario y tras conocer el informe forense y hablar con la madre del niño, la trasladaron a comisaría, donde formalizó la denuncia. La Jefatura Superior de Policía no facilitó información alguna sobre los hechos, aduciendo para ello la protección de la privacidad de menores.

EN FISCALIA DE MENORES La tarde de ese mismo día, los agentes encargados de la investigación localizaron y detuvieron a dos jóvenes menores de edad, de 15 y 16 años, residentes en en el mismo barrio donde se produjo la violación, y la mañana de ayer fueron trasladados al edificio de la Audiencia, donde prestaron declaración ante el Juzgado y la Fiscalía de Menores.

La madre del niño manifestó a este diario que "lo tuvieron retenido en una casa rota desde las cinco de la tarde hasta las diez de la noche, lo ataron a un sillón y allí le hicieron de todo. Y cuando le preguntaba, al principio no quería contar nada; solo poco a poco le fui sacando algunas cosas hasta que logré que me lo contara".

Al parecer, según contó, "se lo llevaron engañado, lograron que fuera con ellos porque le prometieron darle un cachorro y lo tuvieron detenido cinco horas".

El pequeño identificó a sus agresores, pudo dar los nombres a la policía y los reconoció en las fotografías que le mostraron, explicó Yolanda Rodríguez, quien ayer se encontraba en la casa de unos familiares con su hijo y su otra hija de 16 años. La razón del cambio es "porque el niño no quiere salir, tiene miedo y yo no puedo volver allí con él", afirmó. También contó que "hace dos semanas hicieron con lo mismo con un primero de uno de ellos, pero no ha trascendido".