La imagen que presenta la exposición es de la calle Encarnación de Badajoz, entonces conocida como del burro, cuando era sede de la prostitución, publicada en El Periódico Extremadura el 25 de agosto de 1989. Forma parte de la muestra titulada A pie de calle, con obras del fotógrafo Santiago Rodríguez (Peligros, Granada-1959), que se inauguró anoche en la sala de la diputación pacense, donde permanecerá hasta el 2 de septiembre, coincidiendo con La Noche en Blanco.

A pie de calle está formada por 70 fotografías enmarcadas más otras 200 en un monitor. Cada imagen va acompañada de un pie de foto con un código QR que conduce a la página del periódico en el que se publicó con la información a la que acompañaba. La exposición ha sido coordinada por Martín Carrasco, que ha realizado la selección junto a la mujer del autor, María José Montero, entre las miles de fotografías que conserva. De todas las que ahora muestra, Santiago Rodríguez tiene una historia que contar y todas ellas suman diez años de historia de Badajoz, desde 1987 a 1997. Mirándolas, las que son en blanco y negro parecen lejanas en la memoria, pero narran hechos que no hace tanto que sucedieron, y que dan fe de los cambios acontecidos en esta ciudad en tan poco tiempo: La riada, la llegada de refugiados bosnios, la visita de Mario Soares, Sting en el aeropuerto, Camarón en la plaza de toros, Toto Estirado con su pijama de hospital, el derribo de la antigua cárcel, los campamentos de temporeros, Alejandro Sanz rodeado de fans. También hay fotos del incendio del Chiado de Lisboa y del Sáhara.

Nada ha escapado al encuadre de este fotógrafo que ahora trabaja en la diputación. Es A pie de calle porque «con el periodismo nos pasamos pateando la vida y antes más, porque había que buscar la noticia, se iba más por los barrios y se estaba más en contacto con la gente». Cogió una cámara en 1978 animado por un cuñado aficionado a la fotografía que tenía montado un laboratorio en un armario «y me metió el gusanillo». Se matriculó en Granada en Artes y Oficios pero encontró trabajo en Badajoz, donde en 1980 contactó con la Agrupación Fotográfica, «que estaba casi empezando». Casualmente, el primer encargo que recibió como fotógrafo fue de la revista Nuevo Guadiana, de la diputación, «donde he terminado volviendo». Ha trabajado en distintos medios regionales y con el ayuntamiento. En el Periódico Extremadura estuvo entre 1988 y 1990. Su mujer empezó con él en la Agrupación y con ella montó un estudio de fotografía en 1981.

A Santi Rodríguez siempre le ha gustado patear la calle. Lleva casi 40 años mirando por el objetivo. En estas décadas la imagen de prensa ha evolucionado en la forma y en el concepto. «Antes la fotografía con negativo te daba la profesionalidad realmente porque te costaba dinero y además el tiempo era limitado, por lo que te pensabas mucho el disparo, lo hacías con una preparación previa, eran fotos más elaboradas». También tenía sus inconvenientes, como el flash «que a los buenos fotógrafos nunca nos ha gustado». No tuvo la primera cámara digital hasta el 2001. El problema del negativo es que limitaba los disparos «y te ibas con la duda de qué te ibas a encontrar, pero con lo digital sabes lo que te llevas y el coste es inferior». Tiene en contra que «tiras con demasiada alegría y no te centras tanto, aunque yo sigo esperando el momento». Los teléfonos móviles han permitido la inmediatez. Pero el resultado no es el mismo «Detrás de una buena foto siempre hay un buen fotógrafo», dice. Se puede captar el recuerdo del momento pero la imagen obtenida dependerá de cómo se prepare. «Lo más importante es la persona, no la máquina», dice.