El MEIAC prepara una exposición sobre el pintor extremeño Ortega Muñoz, un conjunto de obras que se mostrarán con las que tiene el museo en sus fondos, y que creo será uno de los grandes acontecimientos culturales, desde luego para Badajoz y para Extremadura, pero también para España.

No hace mucho que la Fundación Caja Badajoz editó un gran libro sobre la figura del Ortega, uno de los principales valores del arte extremeño y español del pasado siglo, que sigue vigente, como todo clásico, con el paso del tiempo. La polémica actitud política del pintor convive con la modernidad de una obra que parece encauzada por un camino inacabado, no por incompleto, sino por la finitud de la esencia humana y unos trazos que, a fuerza de sencillez, parece que traspasen las dimensiones conocidas para diluirse. Es como si proyectara la figura en el concepto --y no a la inversa--, como si el color tamizara la luz en un crisol decantador de emociones, sentimientos y conocimientos.

El MEIAC cumple diez años y la exposición de Ortega puede ser la tarta ideal para ´concelebrar´ uno de los hitos culturales de esta tierra: convertir los restos de una prisión en un palmeral para contener la mejor colección iberoamericana del país, y qué mejor representación de esa realidad que un paisaje de Ortega.