De las 160 personas que de media se estima que sufren cada año una parada cardiaca extrahospitalaria, solo 16 llegan con vida al hospital y en la mitad de esos casos las secuelas neurológicos son importantes. Cada minuto que pasa sin la asistencia necesaria las posibilidades de supervivencia disminuyen un 10%, por lo que los primeros ocho son cruciales para salvar una vida.

Con estos datos sobre la mesa, la Sociedad Extremeña de Cardiología planteó a la Diputación de Badajoz la necesidad de que los municipios contasen con desfibriladores semiautomáticos que pudieran ser utilizados en estas situaciones de emergencia. Ayer su presidenta, María Reyes González, y el presidente de la diputación, Miguel Ángel Gallardo, comparecieron para informar de que en el 2018 todas las localidades de la provincia que no cuentan con hospital se dotarán de uno de estos aparatos, dentro de un proyecto que se ha bautizado como Badajoz, provincia cardiosaludable.

La diputación ha adquirido 203 desfibriladores semiautomáticos por importe de 225.000 euros. Además de su compra e instalación, la institución provincial se encargará de ofrecer cursos de formación para su manejo al personal que designen los ayuntamientos, con los que también se contará para decidir el lugar en el que se ubican. Asimismo, según explicó Gallardo, se correrá con los gastos de mantenimiento durante el primer año y se dará opción a todas las poblaciones --las que tienen hospital y las que no-- para que, a través de un convenio marco, puedan adquirir más desfibriladores beneficiándose del precio conseguido por la diputación al comprar un número tan elevado de aparatos (cada uno ha costado unos 1.050 euros).

El presidente de la institución provincial animó a los responsables de los ayuntamientos a que el «pequeño remanente» que quedará de las obras del nuevo Plan Dinamiza lo inviertan en adquirir más aparatos si consideran que por el número de habitantes o tamaño del municipio disponer de uno solo no es suficiente.

Los primeros desfibriladores se instalarán en las localidades que se encuentran más alejadas de un centro hospitalario y cuyos vecinos, por tanto, tardan más tiempo en recibir asistencia médica en caso de sufrir paradas cardiacas, por lo que se les ha dado prioridad. Los aparatos se irán habilitando de forma progresiva para que a finales de años estén operativos en las 203 poblaciones.

María Reyes González, por su parte, explicó que el funcionamiento de estos desfibriladores es sencillo. Se trata de un modelo semiautomático, que utiliza mensajes de voz y gráficos visuales para guiar a la persona que se encargue de realizar las maniobras de reanimación.

González destacó la receptividad del presidente de la diputación desde el momento en el que le planteó la propuesta y defendió la importancia de esta medida, pues en el norte de Europa, donde están instalados desde hace años y entre el 30 y el 40% de la población sabe usarlos, la tasa de supervivencia tras una parada cardiaca es tres veces mayor.

La presidenta de la Sociedad Extremeña de Cardiología apuntó ayer que su intención es que esta iniciativa se extienda a la provincia de Caceres, a cuya diputación hizo un llamamiento para que siga los pasos de la de Badajoz.