El viernes se conocía que Caja Extremadura, Cajastur y Caja Cantabria abandonaban el SIP en el que iban con CajaMurcia, Caja Granada, Sa Nostra y Caixa Penedés. El argumento para romper la negociación era la valoración de cada entidad y por ende su cuota de participación en el nuevo proyecto. Lo mismo le ha ocurrido a Caja Mediterráneo, que ayer por la mañana daba por roto su intento de fusionarse con la caja vasca BBK, ya que esta última pretendía tener mayoría accionarial y por tanto controlar la nueva entidad.